Noticias24).- Un sacerdote colombiano ordenado en Canadá, es señalado por oficiar en Cartago (Valle del Cauca) una misa de ‘Acción de Gracias’ pagada poruna pareja gay recién casada.
Una importante revista entrevistó a Alberto Piedrahita Escobar, catalogado por si mismo como un cura rebelde, para conocer un poco más sobre su visión de la religión y su manera particular de servir descomplicada y nada conservadora.
Muchos en la región lo conocen o identifican como el ‘cura a domicilio’, porque es el único que lleva las misas hasta sus feligreses, contrariando las normas de la iglesia católica. Esa fama y los singulares servicios, se convirtieron en una molestia para la autoridad eclesiástica de Cartago, cuya diócesis tiene a su cargo 47 parroquias distribuidas en los 16 municipios.
Todo el revuelo comenzó cuando el obispo de Cartago, José Alejandro Castaño, hizo públicas presuntas actividades irregulares que el cura Alberto Piedrahita realiza al margen de la disciplina eclesiástica, ya que a pesar de que él se ordenó como sacerdote en Canadá, en Colombia no está bajo la autoridad de ningún obispo y como tal no puede realizar ceremonias litúrgicas y menos aquellas que requieran la respectiva inscripción del acto en los registros de las parroquias, tales como bautizos, confirmaciones, primeras comuniones y bodas, entre otras.
Entre las liturgias no válidas se encontraba un supuesto matrimonio gay, que finalmente se aclaró que se trataba unicamente de una misa de ‘Acción de Gracias’ a una pareja homosexual que estaba de aniversario, y previamente casados en España. El sacerdote mantuvo su firme posición al preguntarle, si de haber sabido que eran gay habría llevado a cabo la misa, por lo que se justificó respondiendo que todos eramos hijos de Dios.
La noticia se tornó en escándalo, sobre todo para la sociedad católica de la región, que pareciera ser bastante amplia y creyente.
Alberto Piedrahita de 63 años que nació en Argelia, Valle, estudió en un colegio regular, prestó el servicio militar, habla tres idiomas y fue candidato a la alcaldía de Ansermanuevo y al concejo de Cartago. Indicó que había sido expulsado en varias ocasiones de seminarios, por considerar que no tenía vocación; luego al llegar a Canáda se acercó nuevamente a la vida sacerdotal.
No ve con malos ojos el ser catalogado como cura a domicilio, pues para él su deber esatender los llamados sin hacer reparos, ya que no son considerados a su juicio como actos indebidos; aunque admitió ser un cura rebelde.
Durante la entrevista, el sacerdote hizo mención sobre algunos aspectos que pudieran ser erradicados en el sacerdocio; de los cuales destacó “el celibato y la castidad, son una farsa. Pocos sacerdotes pueden decir con la mano en el corazón que no fallaron en su castidad, sea con mujeres o con hombres”.
Finalmente recordó que lo más importante para un cura es servir con vocación y humildad; mientras que recalcó que “el mundo esta despertando” y era momento para dejar de vivir sin hipocresía.