afp) – Lo que más le preocupa a Marisol Díaz, una secretaria caraqueña, es la inseguridad que azota a Venezuela. “Debería haber más policías experimentados”, dice antes de introducir en un buzón de “Opina por la patria” su petición para el próximo plan de gobierno de Hugo Chávez.
Semanas después de ganar cómodamente las elecciones del 7 de octubre, el mandatario instó a los venezolanos a mandarle propuestas para el II Plan Socialista 2013-2019 que presentará el 10 de enero ante la Asamblea Nacional, cuando asuma su tercer mandato de seis años, un proceso consultivo criticado por la oposición.
“Los invito a participar: todos los sectores de la vida nacional manden sus observaciones, técnicos, doctores, estudiantes, científicos”, dijo Chávez en una de sus recientes apariciones televisadas desde el Palacio de Miraflores.
Las propuestas pueden mandarse hasta el 30 de noviembre por escrito en papel, web o hasta por las redes sociales, y pueden ser a título personal o como resultado de debates ciudadanos convocados en distintas plazas del país.
“Hay que desarmar a la gente. Queremos policías que no se dejen dominar por los delincuentes. ¿Cómo se le puede dar un arma a policías tan jóvenes, de menos de 20 años?”, insiste Díaz a la AFP.
El sol aplasta cerca del mediodía en la céntrica plaza Diego Ibarra de la capital venezolana, y mientras Díaz, de 52 años, deposita su propuesta en el buzón, unas 200 personas discuten en corrillos improvisados bajo toldos cómo profundizar el socialismo o qué hacer para integrar más los países latinoamericanos.
“Tenemos que dar un uso racional de los hidrocarburos, sin despilfarrar, de acuerdo a las necesidades en el desarrollo de la producción”, opina una joven mientras el resto de un grupo -de unas 20 personas- asiente.
“Tenemos que dar un uso racional de los hidrocarburos, sin despilfarrar, de acuerdo a las necesidades en el desarrollo de la producción”, opina una joven mientras el resto de un grupo -de unas 20 personas- asiente.
A pocos metros, vestida con camiseta y gorra rojas -el color del oficialismo- Beatriz Rodríguez realiza tareas de apoyo a los debates. “Está abierto a todo el mundo, sea del color que sea. Salen muchas ideas que tienen que ver con la ciudad, reorganización, la movilidad, el impacto ambiental, el transporte”, explica.
“El presidente tiene mucha expectativa en esto”, agrega esta militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder).
La mayoría de los transeúntes a esa hora pasan indiferentes, otros se detienen, se quedan escuchando un rato y luego siguen su camino. La convocatoria, ese día, no es masiva.
“Vemos en la calle muy poca participación, cada vez que se ha hecho parlamentarismo de calle ha sido muy poco efectivo”, explica a la AFP, Ramón José Medina, secretario ejecutivo adjunto de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición que formó la oposición para intentar derrotar a Chávez en las urnas.
“Se trata de crear una suerte de montaje en el cual se aparenta que ha habido consulta”, agrega Medina, que critica también el hecho de que el gobierno nunca haya consultado de verdad con todos los sectores a la hora de decidir.
El politólogo John Magdaleno opina que con esta iniciativa Chávez “intenta legitimar el avance del gobierno en la dirección de la transición al socialismo”, donde “probablemente veremos medidas un tanto más duras, mayores restricciones para el sector privado, mayores controles e intervenciones y el avance hacia el estado comunal”, que prevé transferir poco a poco al pueblo organizado las funciones de gobernaciones y alcaldías.
“Él sabe que es un proyecto que genera resistencia, su victoria no es estrictamente atribuible al modelo sino más bien a su política social. Pero él insiste en que una votación como la de las presidenciales es una legitimación del modelo y del proyecto socialista, y eso no es cierto”, asegura.
Sin embargo, el politólogo Farith Fraija celebra que por “primera vez” un presidente consulte un plan como este a la sociedad venezolana desde que el país salió de la dictadura, en 1958, algo que él considera como “la maduración de lo que es la democracia participativa y protagónica”.
“No se trata del instrumento de un candidato, sino del plan de desarrollo de un país, una oportunidad que nos está brindando el propio presidente de discutir el contenido. Si la oposición no atiende al llamado, es un asunto de autoexclusión”, afirma.