El recuento de los muertos causados por el tifón "Bopha" en Filipinas ascendió hoy a 902, cuando las autoridades y las organizaciones internacionales apenas dan abasto para atender a cientos de miles de damnificados.
Las autoridades informaron ayer del rescate con vida de 296 marineros, dados por desaparecidos el pasado domingo después de que las compañías pesqueras llevaran una semana sin poder contactar con sus barcos.
Los pescadores zarparon desde el sureste de la isla de Mindanao (sur del país) unos días antes de la llegada a Filipinas del "Bopha", a pesar de las advertencias de los servicios de meteorología.
El Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres disminuyó tras este rescate el número de desaparecidos hasta las 615 personas.
Además, los heridos llegan a 1.947 en las zonas del centro y sur del archipiélago afectadas por el tifón la semana pasada.
Con 5,4 millones de damnificados, los centros de evacuación tienen capacidad para acoger a sólo 100.000 de las 778.000 personas que perdieron sus viviendas, en muchas ocasiones chamizos construidos de forma precaria.
Las provincias de Davao Oriental y Compostela Valley en la isla de Mindanao fueron las más afectadas por las riadas y los corrimientos de tierra.
Naciones Unidas ha lanzado una campaña mundial para recaudar el equivalente a 50 millones de euros para ayudar a las víctimas del temporal.
Según datos del organismo de desastre, 30 provincias fueron afectadas por "Bopha", que entre el martes y el jueves de la semana pasada destruyó más de 57.000 viviendas, muchas de ellas chabolas, y causó daños en otras 76.000.
Los daños en infraestructuras y agricultura ascienden a más de 14 millones de pesos (unos 260 millones de euros).
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró el sábado el estado de calamidad nacional para agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas perjudicadas, entre otras medidas.
"Pablo", el nombre local de "Bopha", ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
El año pasado ocurrió algo parecido con "Washi", que visitó inesperadamente Filipinas la semana anterior a Navidad y mató a unas 1.200 personas.
La deforestación, la proliferación de las minas ilegales, la falta de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan al archipiélago durante la época del monzón.
EFE