Según una nueva investigación de la Universidad de Washington, el aprendizaje de la lengua materna comienza cuando los bebés se encuentra en el útero, estableciendo que en esta etapa los seres humanos son capaces de diferenciar los sonidos de su idioma nativo con los de una lengua extranjera.
La investigación demuestra que los fetos escuchan a la madre hablar durante las últimas diez semanas del embarazo, indicando que los mecanismos sensoriales y cerebrales de la audición se desarrollan a las 30 semanas de gestación.
“La madre tiene el privilegio de ser la primera en influir en el cerebro del niño”,asegura Patricia Kuhl, coautora y codirectora del Instituto para el Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington agregando que “los sónidos vocálicos de su discurso son las unidades más fuertes y el feto se queda con ellos”.
“Este es el primer estudio que muestra que los fetos aprenden antes de nacer los sonidos particulares del idioma de su madre”, afirma Christine Moon, autora principal de la investigación y profesora de Psicología en la Universidad de Tacoma, Washington.Anteriormente se había demostrado que los bebés comienzan a discriminar los sonidos del lenguaje durante los primeros meses de vida, pero no había evidencias de que esto comenzara en el útero.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores reclutaron a cuarenta niños y niñas de apenas 30 horas de vida en Tacoma y Estocolmo. Los bebés escucharon sonidos vocálicos en su lengua materna y en idiomas extrajeros.
Su interés en los sonidos fue medido por el tiempo que succionaban un chupeteconectado a un ordenador.
La succión era más larga o más corta dependiendo de si el sonido les era familiar o no.
En ambos países, los bebés recién nacidos succionaron más tiempo cuando escucharon el idioma extranjero que cuando se trataba de la lengua materna.
Los investigadores afirman que los niños son los mejores alumnos, y descubrir cómo absorben la información podría servir de guía acerca del aprendizaje a humano.
“Queremos saber qué magia se pone a trabajar en la infancia temprana que desaparece en la edad adulta”, señala Kuhl.
Con información de abc.es