El presidente de la encuestadora Hinterlaces Oscar Schemel dijo este jueves en Noticias24 Radio que luego del 14 de abril, el país entrará en una etapa distinta a propósito de la ausencia de Hugo Chávez. “Habrá una demanda intensa de reconciliación. La etapa de la polarización extrema se está agotando”.
Pese a la ventaja de 17 puntos que da Hinterlaces a Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles en la carrera presidencial, el experto considera que el reto del chavismo de cara al 14 de abril será de igual forma movilizar a sus electores, porque “los pobres votan menos que las clases medias y los adultos menos que los jóvenes“.
Sobre la importancia del voto de los estratos sociales con menos recursos, Schemel explicó que “los pobres, los que sufren más, son los más adeptos a Chávez. Es que la pobreza no es solo una cuestión material, sino también existencial. Quieren empleo, quieren vivir mejor, pero también quieren que alguien los ame. Más que el hambre, lo que le duele al pobre es la mirada de desprecio”.
Destacó que la ausencia de Hugo Chávez en la puja electoral, lejos de amilanar a los seguidores del partido de gobierno, los radicaliza. Por eso recordó que la brecha entre el difunto presidente y sus contrincantes se ensanchó cada vez que su enfermedad recrudecía. “Esa vulnerabilidad, lejos de arrinconarlos, los cohesiona y los hace reafirmar su condición de chavistas“.
Sin embargo, más allá del discurso amoroso “hay una identificación política e ideológica.La gente respaldaba las ideas del presidente Chávez. Por eso sus repetidos triunfos electorales a pesar del malestar por la falta de eficiencia y la de soluciones a los problemas sociales.
En cuanto a las críticas que ha recibido desde la oposición por el hecho de que sus estudios hayan mostrado números a favor del oficialismo, Schemel sentenció:
“Cada vez que un candidato siente que una encuesta favorece al contendor, la acusa de parcializada. Aquí el clima de polarización es tan extremo que a nosotros nos han amenazado de muerte, nos han acusado de recibir millones y millones de dólares. Si fuera así, los candidatos no harían campaña sino que comprarían encuestas, y no hay prueba de que estas influyan en el comportamiento electoral”.
