El conductor del tren que embistió a otra formación en la periferia de Buenos Aires declaró ante el juez que fallaron los frenos, según informaron hoy fuentes de la defensa, que cuestionaron la responsabilidad del maquinista en el accidente que se cobró la vida de tres personas e hirió a 315.
"El conductor vio la señal a precaución e intentó frenar, pero no funciona. Ve las otras señales (de peligro) y vuelve a intentar a hacer una maniobra de frenado y no funciona", dijo a radio Mitre la abogada del maquinista, Valeria Corbacho.
Corbacho agregó que Daniel López accionó el freno de emergencia, pero este tampoco le respondió.
El accidente ocurrió durante la hora punta matinal del pasado jueves a pocos metros de la estación de Castelar, unos 30 kilómetros al oeste de Buenos Aires.
Fuentes sindicales confirmaron hoy a Efe que López fue puesto en libertad este mediodía, pero sigue imputado en la causa, a diferencia del maquinista de la formación embestida, Raúl Ahumada, que fue excarcelado anoche por falta de mérito tras finalizar su declaración indagatoria.
El relato del conductor contrasta con la versión difundida desde el Ministerio de Transporte por su titular, Florencio Randazzo, que subraya que el tren "tenía frenos nuevos" y apunta a un error humano.
"No hay ninguna evidencia física ni mecánica de que el conductor haya intentado frenar la formación", señaló a medios locales el presidente de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Ariel Franetovich.
"La palanca de velocidad quedó en el máximo y el panel del freno no fue activado", agregó Franetovich a las puertas del Juzgado número 2 de Morón, donde se acercó ayer tarde para aportar pruebas.
De los 315 heridos por el accidente, 15 siguen hospitalizados, tres de ellos en terapia intensiva, según el último parte de la Dirección de Emergencias provincial.
El accidente del pasado jueves ocurrió en la misma línea que 16 meses atrás 51 personas murieron y más de 600 resultaron heridas cuando un tren chocó contra el andén de la estación de Once, una de las más transitadas de Buenos Aires.
El Ejecutivo de Cristina Fernández asumió la gestión de la línea tras la tragedia de Once y prometió una "revolución del transporte", pero el nuevo siniestro ha reavivado las críticas por el precario estado del sistema ferroviario en Argentina.
EFE
