La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, calificó como "legítimas" las manifestaciones que congregaron a miles de personas en diferentes ciudades del país para protestar por diferentes razones, principalmente por el alza en las tarifas de transporte público, según voceros oficiales.
"La presidenta Dilma Rousseff considera que las manifestaciones pacíficas son legítimas y propias de la democracia", afirmó la ministra de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, Helena Chagas, en declaraciones que concedió a periodistas para dar a conocer la posición de la mandataria sobre las protestas.
De acuerdo con Chagas, la jefe de Estado considera que "es propio de los jóvenes manifestarse".
La mayoría de los participantes son estudiantes secundarios y universitarios, convocados a través de las redes sociales en internet.
Según fuentes oficiales, Rousseff está al tanto de las movilizaciones en las diferentes ciudades del país y al comienzo de la noche se reunió con su ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, para tratar el asunto.
El secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, aseguró que el Gobierno quiere dialogar con los organizadores de las protestas para conocer las "reivindicaciones importantes" que han llevado a tantas personas a manifestarse.
Las protestas de la semana pasada contra la subida de los pasajes de autobuses en varias ciudades, principalmente en Sao Paulo, desencadenaron manifestaciones aún más masivas, en un mayor número de ciudades y por diferentes motivos.
Los ya llamados "indignados" brasileños exigen principalmente mejores servicios públicos y mayores inversiones en educación, salud y saneamiento, así como combate a la corrupción y al despilfarro de recursos públicos.
En Brasilia la principal causa de las protestas son las costosas inversiones que el gobierno realizó para organizar eventos deportivos como la Copa Confederaciones, que disputan ocho selecciones desde el sábado, y el Mundial de fútbol del próximo año.
La mayoría de los manifestantes defienden las marchas pacíficas y sin provocaciones, para evitar batallas campales con decenas de heridos y detenidos como las que se registraron el pasado jueves en Sao Paulo y el sábado en Brasilia.
Los participantes en las protestas de Brasilia este lunes ocuparon por algunos minutos la rampa de acceso al Congreso y el tejado de la sede del Legislativo; trasladaron las pancartas con sus reivindicaciones al local estratégico y abandonaron el local tras un acuerdo con las autoridades.
Las mayores concentraciones en la noche de este lunes se registraron en Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores ciudades del país y en las que miles de personas marcharon con pancartas sin que hubiera ningún enfrentamiento.
Los organizadores informaron de que se habían convocado actos en una veintena de ciudades en el país.
Las manifestaciones comenzaron hace una semana incitadas por el Movimiento Pase Libre, que a través de las redes sociales ha recibido apoyo de decenas de ciudades y también de brasileños que residen en otros países.
EFE