La Policía española investiga al propietario de un gimnasio en Bilbao (norte) en cuyo local los agentes encontraron restos orgánicos y que a finales de los años 90 fue el primer occidental en ser reconocido como maestro shaolín.
El hombre fue detenido ayer por dejar en coma a una mujer tras darle una paliza y ahora la Policía investiga su eventual implicación en otros crímenes.
Se trata de Juan Carlos Aguilar, de 47 años, quien en 1997 apareció en radios, periódicos y televisiones como primer monje shaolín occidental, tras haber sido campeón del mundo de formas y armas de kung-fu.
Fue detenido por la Policía regional del País Vasco en su gimnasio de artes marciales, donde fue hallado junto a una mujer que había sido brutalmente agredida y que fue encontrada con ataduras en manos, pies y cuello.
La víctima, una prostituta nigeriana de 29 años, está ingresada en estado de coma en un hospital de Bilbao.
Tras la detención de Aguilar, los policías revisaron el gimnasio y encontraron restos óseos de los que se indaga su procedencia.
Los agentes habían sido llamados por un testigo que a primeras horas de la tarde habían observado que una mujer era obligada a entrar en el local del gimnasio.
Los policías que acudieron tuvieron que abrir la puerta del local con mazas para acceder al interior, donde encontraron inconsciente a la víctima.
Durante la tarde de hoy acudió al lugar un vehículo de una funeraria, lo que sugiere que los restos son humanos.
Los investigadores buscaron hoy también restos en la ría de Bilbao y registraron la vivienda del arrestado y el gimnasio, así como otros lugares en los que estuvo el detenido las últimas horas, en busca de pruebas que ayuden a aclarar este caso, del que se ha decretado el secreto de sumario.
Los policías se han incautado de los contenedores de residuos urbanos situados en la zona del gimnasio por si hubiera en ellos elementos relacionados con el caso y también se han separado en el vertedero de Bilbao las basuras provenientes de esta céntrica zona para ser estudiadas "una a una", dijo el subdirector de la Policía vasca Lucio Cobos.
"Hay un amplio dispositivo por diferentes puntos de Bilbao, también con perros, para tratar de encontrar más restos", añadió.
El detenido tiene antecedentes policiales, pero no tienen "nada que ver con este tipo de hechos", y la Policía trata de confirmar si seguía o no algún tratamiento por problemas psicológicos.
EFE