AFP) – La comunidad internacional parecía dispuesta a trabajar este jueves con las nuevas autoridades de Egipto y, a pesar de que numerosos países pidieron un rápido regreso al orden constitucional, ninguna potencial occidental calificó el derrocamiento de Mohamed Mursi como golpe de Estado militar.
Una de las más fuertes reacciones fue la de Alemania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, consideró la intervención de los militares como “un fracaso mayor para la democracia en Egipto”.
“Es urgente que Egipto vuelva cuanto antes al orden constitucional”, afirmó.
“Tenemos que hacer todo lo posible para que (este proceso) se pueda reanudar en base al pluralismo y la unión”, declaró.Desde Túnez, donde realiza una visita oficial, el presidente francés François Hollande, llamó a “hacer todo lo posible” para reanudar el proceso de democratización en Egipto, tras el golpe de Estado militar.
La ministra italiana de Relaciones Exteriores, Emma Bonino, estimó que “nunca hay razones para alegrarse” al ver al ejército en las calles, como es el caso en Egipto.
Unas horas después de que los militares destituyeran al primer presidente egipcio elegido democráticamente, el presidente estadounidense Barack Obama se declaró “profundamente preocupado” por la evolución de la situación en el país árabe más poblado, al que Estados Unidos aporta una ayuda militar sustancial.
“Llamo a los militares egipcios a ceder toda la autoridad rápidamente y de manera responsable a un gobierno civil democráticamente electo a través de un proceso abierto y transparente”, dijo Obama.
Gran Bretaña, en cambio, anunció que cooperaría con las nuevas autoridades.
“No apoyamos las intervenciones militares en un sistema democrático”, dijo el jefe de la diplomacia británica, William Hague, “pero trabajaremos con las autoridades en Egipto”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió por su parte que se restablezca rápidamente un gobierno civil.
“Hace falta restablecer cuanto antes un gobierno civil que refleje las aspiraciones del pueblo”, declaró.
En tanto, China declaró que respetaba “la elección del pueblo egipcio” y llamó también al diálogo y la reconciliación.
Rusia pidió por su lado a todas las fuerzas política de Egipto “contención” y que se permanezcan en el marco “democrático”.
“Consideramos importante que todas las fuerzas políticas de Egipto den muestras de moderación [...] y confirmen en actos la voluntad de resolver los problemas políticos y socioeconómicos en el marco democrático”, declaró la cancillería rusa en un comunicado.
La Unión Europea también llamó a todas las partes a “regresar rápidamente al proceso democrático”, en especial con nuevos comicios presidenciales, como prometieron los militares al suspender la Constitución.
El bloque europeo evitó referirse a un golpe de Estado y pidió que los derechos del presidente Mursi sean respetados.
En la región, el rey Abdalá de Arabia Saudita felicitó al nuevo presidente interino, Adli Mansur, al que calificó como el “presidente de la hermana República árabe de Egipto”, incluso antes de que éste prestara juramento.Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmusen, llamó a todas las partes a trabajar juntas para“restablecer un gobierno civil” lo antes posible.
Incluso Catar, que fue el principal apoyo financiero y político de los islamistas egipcios en el poder, afirmó que seguirá apoyando a Egipto, y su emir felicitó al nuevo presidente interino.
Siria, con quien el presidente Mursi había roto las relaciones diplomáticas, estimó que su derrocamiento era un “gran logro”.
Mauritania “tomó nota del cambio” y se dijo “aliviada por el desenlace de la crisis”.
Por su parte, el ministro de comunicación de Marruecos, Mustapha Khalfi, declaró que su país “espera que la unidad, la estabilidad y la seguridad, así como todas las aspiraciones del pueblo egipcio de un mejor futuro sean preservadas (…) en un marco de libertad y democracia”.
El presidente de Túnez, Moncef Marzouki, excluyó que las autoridades tunecinas electas corran el riesgo de ser derrocadas, como ocurrió en Egipto, pero las instó a estar “atentas” y tomar en cuenta las demandas sociales y económicas.
En cuanto a Israel, el gobierno permaneció silencioso sobre la crisis en Egipto, primer país árabe con el que firmó un acuerdo de paz, en 1979.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, felicitó al nuevo presidente egipcio “en esta fase transitoria” y rindió un homenaje “al rol de las Fuerzas Armadas para (…) impedir que (Egipto) caiga en un futuro desconocido”.
Irán declaró respetar “la voluntad del pueblo” egipcio e insistió en “la necesidad de responder a los reclamos legítimos”, declaró el portavoz de la cancillería, Abas Araghchi.
Las autoridades turcas criticaron la intervención militar sosteniendo que no refleja la voluntad popular y urgieron a Egipto a “regresar al orden democrático”.