El Doctor José Gregorio Hernández es un santo para muchos católicos venezolanos, aunque no tenga oficialmente ese título. Sin embargo, hay quienes dan una lectura optimista a la visita hace dos semanas del nuncio apostólico, Pietro Parolin, recientemente designado Secretario del Estado de Vaticano, a Isnotú, la tierra donde nació Hernández.
Aunque la última palabra sobre la beatificación está en manos del Papa Francisco, sus raíces argentinas imprimen esa empatía necesaria para lograr que pronto los venezolanos puedan llamar santo a José Gregorio Hernández de manera oficial. “Que sea beatificado es justo, se lo merece porque mucha gente le pide y ha visto mejorar su salud y sanarse por la fe que tienen en él”, expresa Rixia Navarro, residente de Lagunillas, estado Zulia.
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Los ojos de los católicos en Venezuela lo miran como un santo, y aunque no tenga “oficialmente” ese título, la causa del doctor José Gregorio Hernández, a decir de los devotos, puede avanzar ahora que el Vicario de Cristo en la Tierra, el Santo Padre, tiene su mirada más cercana a Latinoamérica.Hay quienes dan una lectura optimista a la visita hace dos semanas del nuncio apostólico, Pietro Parolin, recientemente designado Secretario del Estado de Vaticano, a Isnotú, la tierra donde nació Hernández.Aunque la última palabra sobre la beatificación está en manos del Papa Francisco, sus raíces argentinas imprimen esa empatía necesaria para lograr que pronto, los venezolanos, le digan a José Gregorio, ¡ahora sí eres nuestro santo!
En esa visita a Isnotú, Parolin palpó en el Santuario una fe desbordante hacia El Venerable, el título que hasta ahora tiene el médico trujillano.“Es una gracia especial estar en Isnotú, esta tierra de gracia que irradia la presencia de la infinita bondad del Señor a través del doctor José Gregorio Hernández, quien es ejemplo de vida cristiana”, refirió en ese momento el nuncio, mientras a su alrededor las voces de los feligreses clamaban: “queremos que lo beatifiquen”.Esa petición también se oye con fuerza entre los creyentes zulianos. “Que sea beatificado es justo, se lo merece porque mucha gente le pide y ha visto mejorar su salud y sanarse por la fe que tienen en él”, expresa Rixia Navarro, residente de Lagunillas, y devota del llamado Médico de los pobres, como también se le llama a Hernández.Entre la feligresía católica hay expectativa por la decisión del Santo Padre, a quien recientemente, el presidente de la República, Nicolás Maduro, le reiteró una petición.“Me llenaría de alegría que eso se dé porque nos hace falta creer, a veces, parecer que a la gente se le olvida que Dios existe. La beatificación del doctor sería una bendición que Dios enviaría a nuestro país, un mensaje para unirnos, y que bueno sería que se logre estando este Papa, que ha llegado para renovar la Iglesia”, agrega Navarro, convencida que ese “pasito” que le falta a la causa del doctor, está próximo a concretarse.“Esperamos su canonización. Es un santo del pueblo”, afirmó el mandatario venezolano que a mediados de junio, en una audiencia con el Pontífice, le obsequió una estatuilla con la imagen del doctor José Gregorio.Ese acercamiento y otras miradas hacia la vida y obra del trujillano, nacido en Isnotú en 1854, dan cuenta que Venezuela puede en un momento no tan lejano, verle camino a los altares.En junio pasado, el gobernador de Trujillo, Henry Rangel Silva, informó sobre la inversión que el Gobierno nacional aprobó para restaurar el Santuario en Isnotú, donde destinarán 48 millones de bolívares para su renovación.Ese “refrescamiento” del templo que tiene a un costado, la casa donde se crió El Venerable, y guarda como reliquias, algunos objetos usados por él también es leído como una señal que el Papa Francisco no solo beatificaría a José Gregorio, también podría sorprender con una visita a Venezuela.
En enero de 2012, la carabobeña“Volví, abrí mis ojos y vi a mi familia, los escuché gritar: ‘¡Es un milagro!’. Me puse las manos en mi cabeza y sentí un vendaje. En ese momento recordé clarito que vi al doctor José Gregorio Hernández pasando las manos por mi cabeza. Su rostro fue indescriptible por la luz incandescente a su alrededor, pero recordé las siguientes palabras: ‘Volveré para retirarlas”, dijo Parra.Lisbany Parra narró a PANORAMA que fue deshauciada el 7 de diciembre del 2011, por un tumor cerebral. Pero, asombrosamente el 8 de diciembre de 2011, a las 5:00 de la mañana, su cuarto resplandeció, y las campanas que sonaron inexplicablemente anunciaron a los parientes, que oirían una buena nueva. Ella tenía un vendaje en la cabeza y los hematomas habían desaparecido. A las horas, recuperó la movilidad y el habla.Tras esa intercesión, Lisbany, contadora pública, da hoy gracias por sus 34 años de vida, y atestigua que fue sanada por la intervención de José Gregorio.Esa sanación sería, en el sentir de muchos, el anhelado milagro que falta para avanzar en la beatificación de José Gregorio.El canciller de la Diócesis de Cabimas, Jorge Pérez Duno señaló que todos, religiosos o no, están expectantes. “Sabemos que ha habido señales de milagros en la gente pero la Iglesia es muy prudente y va expiando, desde la fe, todos esos acontecimientos. No podemos decir ya: mañana va a ser declarado beato. Todavía estamos en esa expectativa, si será mañana o pasado. No sabemos porque de verdad el Santo Padre tiene muchas buenas intenciones de lograr beatificarlo pero hace falta seguir cumpliendo los pasos necesarios para hacerlo”.
Por Yennys Rojas / Panorama