“Con mi salario mínimo solo logro pagar la renta de una habitación por 1.000 bolívares, mercado y pasaje”, relata Anastacia Colmenares, quien se desempeña como asistente administrativo del departamento de ventas en una empresa de blindaje.
A partir de este primero de septiembre, entra en vigencia un incremento de 10 % del salario mínimo sobre el monto actual, ubicándolo en Bs. 2.702, 72.
Ante este panorama, Colmenares señala que aunque lo tenía presente, “lógicamente no es suficiente, porque las cosas aumentan cada vez más y entonces de nada sirve” el incremento salarial.
Con un “no” rotundo, la joven niega que pueda cubrir con este monto sus necesidades básicas. “Pago Bs. 1.000 en una habitación con condiciones poco aptas para vivir y los servicios de agua y luz los cancelo aparte, más o menos unos 300, en pasaje son Bs. 500 por mes”. Con el dinero restante de su salario más los tickets de alimentación, Colmenares dice que compra lo más básico en el mercado.
“Normalmente, no consumimos pescado por su elevado precio y eso que nos encanta”, afirma Colmenares mientras revela que tampoco incluye frutas, hortalizas, quesos o carnes.
Del mismo modo, cuenta que “hay muchas cosas que deja de comprar porque no las consigue”. Y sino, las compra “por necesidad” a los buhoneros a precios mucho mayores a los regulados.
“El aumento viene apenas a compensar la inflación que registran los alimentos”
El economista y profesor del IESA, Richard Obuchi, sostiene que “el aumento que viene apenas va a ayudar a compensar la inflación que registran los alimentos, que alcanza casi 40 % entre enero y julio”. A esto, añade el problema de la escasez y “las señales de que la inflación no va a disminuir en los próximos meses o años”.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) arrojó en su informe del mes de julio que la Canasta Alimentaria Normativa se ubicó en Bs. 2.779, 21, monto ya superior al del salario mínimo que entra en vigencia este primero de septiembre. Por el contrario, el Cendas, (Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros), indicó que el precio de la Canasta Básica Familiar en julio de 2013 llegó a 12.257,73 bolívares, sobrepasando el salario mínimo en 156, 12 %.
Obuchi revela que las amplias diferencias entre ambos centros investigativos se debe “a los supuestos diferentes de lo que se considera la canasta básica de consumo”. Pero enfatizó que “al final se trata de que el ingreso que están obteniendo los venezolanos no es suficiente para cubrir sus necesidades”.
Sebastián Cova, politólogo, afirma que “ese aumento no tiene ningún impacto, porque es superfluo para lo que es la inflación en el país”. No obstante, al preguntarle sobre si considera que es un aumento justo, dice que para los efectos del asalariado, “cualquier aumento es bueno, así sea mínimo”.
Cova reveló que “aunque no maneja la cifra exacta, calcula que el salario mínimo debería estar cercano a los Bs. 10.000 o no por debajo de 7.000, asumiendo que trabajen padre y madre y no tengan más de dos hijos”.
Pero más allá de las cifras, Anastacia Colmenares vive una realidad: “Las cosas cada vez cuestan más, ni llevar a mi hijo al parque puedo porque después no me cuadran las cuentas”.
