Como en la película Thriller y espantada, huyó despavorida, pero llamó a la policía.
Los gendarmes creían que se trataba de una broma de mal gusto y la acusaron de hacerles perder el tiempo.
El hombre efectivamente se encontraba en la tumba del cementerio, a punto de morir asfixiado cuando fue desenterrado y ahora está hospitalizado, recuperándose.
La policía piensa que el "muerto vivo" estuvo involucrado en una pelea en la que se llevó la peor parte. Sus agresores creyeron que había muerto y lo tiraron en una fosa del cementerio.
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