AFP) Por un euro y 30 centavos, el precio de un trayecto, los viajeros del metro de Nápoles podrán admirar obras de importantes artistas contemporáneos, gracias al proyecto “Las Estaciones del Arte” concebido por conocidos arquitectos y pintores de la gran metrópoli del sur de Italia.
En la estación Toledo, considerada la más bella de Europa por el diario británico The Daily Telegraph, uno se siente como sumergido en el Mediterráneo.
Se desciende en las entrañas de la tierra, rodeado de mosaicos de todos los tonos de azul, hasta llegar a una monumental sala iluminada por un “Cráter de Luz” que la conecta al mundo exterior.
Con “Olas”, la pared sumergida del artista catalán Oscar Tusquets Blanca, al lado de las escaleras mecánicas, junto con la iluminación artística de Robert Wilson, los transeúntes pueden introducirse dentro una obra artística.
El llamado Cráter de Luz conecta al pasajero que se encuentra a más de 40 metros de profundidad con el mundo exterior gracias a un sugestivo juego de luces.
Las estaciones, con cerca de 200 obras de arte, han sido concebidas como un amplio plan urbanístico, que incluye el desarrollo del sistema de transporte público para aliviar el caótico tráfico de la ciudad sureña por sus embotellamientos.
La estación “Universitá” (Universidad) es la única concebida por un único artista, el célebre diseñador egipcio de origen británica Karim Rashid, uno de los creadores más en boga por su genio creativo.
Capaz de crear mobiliario, iluminación, complementos para la casa, arquitectura de espacios, relojes, Rashid, que creció en Canadá y se formó en Italia, utiliza obras gráficas de colores vivos, pantallas LED que proyectan palabras universales para hacer referencia al conocimiento, ya que es una estación muy transitada por estudiantes.
Por las escaleras se encuentran los retratos abstractos del poeta Dante Alighieri y su musa Beatriz y los colores empleados, rosa y lima, indican la dirección y guían a los visitantes a su destino.
Se busca que el pasajero viva una experiencia sensorial y estética y que los andenes, con ilustraciones y palabras nacidas en el último siglo, proporcionen un “estado mental” y sirvan de inspiración para la jornada.
El renombrado crítico italiano Achille Bonito Oliva, fue el encargado por la empresa de transporte local de seleccionar a los artistas de todo el mundo, entre ellos arquitectos y diseñadores.
“Se trata de combinar belleza con transporte. A los artistas les pedimos que realicen una obra que se integre a la estación“, explicó en una charla con la AFP.
No se trata de “decorar” simplemente un espacio, sino de suscitar en el pasajero sensaciones así como de despertar el interés por obras contemporáneas, convirtiendo el arte en un “viajero” con función social, explicó el crítico.
Para el director de la empresa MetroNapoli, Giannegidio Silva, es importante ofrecer arte a los habitantes de Nápoles, una ciudad azotada por el desempleo y la pobreza, emblema de las contradicciones de la península.
La idea, lanzada en el 2000, contó un presupuesto de 1.500 millones de euros, la mitad financiados por la Unión Europea.
El lunes pasado fue inaugurada la decimosexta estación, en la céntrica plaza Garibaldi, realizada por el arquitecto francés Dominique Perrault, creador de la biblioteca François-Mitterrand de París.
“El metro de Nápoles ahora es el más bello del mundo“, comentó a la AFP, el alcalde de la ciudad sureña, Luigi de Magistris.
La “Estación” del italiano Pistoletto, entre los fundadores del llamado “Arte Povera” (arte pobre) en los años sesenta, juega con el pasajero gracias a sus famosos espejos, en los que los viajeros penetran literalmente en ellos.
“Es la relación entre vida y arte, arte y estación”, comentó el artista, de 80 años.
Antes del 2015 serán abiertas las estaciones “Duomo”, del arquitecto italiano Massimiliano Fuksas y “Municipio”, concebida por los portugueses Alvaro Siza y Eduardo Souto de Moura, premiados con el Pritzker, el Nóbel de la Arquitectura.