La presidenta argentina, Cristina Fernández, se vistió en un acto público de punta en blanco y abandonó así por completo el luto que guardaba desde la muerte de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en octubre de 2010.
Con un vestido a la rodilla, plizado en uno de los lados, y una chaqueta corta en blanco tiza, Fernández regresó a la Casa Rosada para el acto en el que tomó juramento a la nueva ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez.
Tras cuarenta días de reposo por una neurocirugía, la mandataria, de 60 años, había reaparecido en la sede del Ejecutivo el pasado 20 de noviembre para tomar juramento a otros tres ministros de su Gobierno, donde guardó un luto parcial al vestir un jersey negro y una falda clara recubierta con encaje negro.
En otras imágenes públicas de su actividad en la residencia presidencial de Olivos, a las afueras de Buenos Aires, la jefa de Estado había optado por vestimenta mayormente negra, aunque con detalles de camisas o blusas blancas.
EFE