La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha alcanzado esta madrugada el primer acuerdo con alcance global para relanzar el comercio. El pacto ha contado con el apoyo de los representantes de 159 países reunidos en Bali (Indonesia) y podría suponer un aumento de un billón de dólares (730.000 millones de euros) en las cifras del comercio mundial y suponer 21 millones de nuevos puestos de trabajo.
El visto bueno estadounidense a un programa del Gobierno indio para almacenar alimentos que luego podrá vender a su población con fuertes subsidios (algo prohibido por la OMC) ha sido el detonante para asegurar el acuerdo, calificado de histórico por el presidente de la Organización, el brasileño Roberto Azevedo. “Por primera vez en nuestra historia, la OMC ha cumplido realmente”, ha dicho Azevedo a los participantes en las conversaciones. “Esta vez, todos los miembros se han puesto de acuerdo. Hemos devuelto al mundo a la OMC. Seguimos trabajando. Bali es solo el comienzo”, ha declarado.
A última hora, Cuba estuvo a punto de hacer naufragar el acuerdo porque no incluía el levantamiento del embargo estadounidense, lo que ha hecho que las conversaciones se alargaran hasta la madrugada de hoy. Finalmente, aceptó el acuerdo.
El programa indio de acumulación de alimentos para alimentar a su enorme población ha sido el mayor escollo para alcanzar el acuerdo. Tras intensas negociaciones EE UU aceptó el programa indio, que incluye subsidios para la venta de esos alimentos acumulados. Aunque esos subsidios contravienen las normas de la OMC, EE UU dio su visto bueno al plan con una solución de compromiso: el acuerdo da un plazo de cuatro años para encontrar encaje a los programas públicos que pretenden facilitar alimentos baratos a la población más empobrecida. Además, India se ha asegurado de que la OMC no impugne su plan mientras no se llegue a algún arreglo. India justificaba este programa en la necesidad de alimentar a los más desfavorecidos.
El acuerdo alcanzado por la OMC es el primero de alcance global desde la creación del organismo en 1995. Rescata además a la OMC del riesgo de derrumbe y le otorga nueva confianza en que sea capaz de eliminar barreras al comercio mundial, después de 12 años de negociaciones infructuosas de la llamada Ronda de Doha. De hecho, los representantes eran conscientes de que un nuevo fracaso hundiría a la OMC en la irrelevancia e impulsaría los pactos comerciales bilaterales o regionales.
El acuerdo incluye la rebaja de barreras aduaneras y acelerará el paso de bienes por las aduanas, simplificando los trámites. Además, da mejores condiciones para el comercio a los países pobres y permite a los países en desarrollo esquivar, aunque sea temporalmente, las normas sobre subsidios a las explotaciones agrícolas y ganaderas si el objetivo es dar de comer a los pobres.
Los analistas esperan que, con el tiempo, contribuya a impulsar la economía mundial por valor de cientos de miles de millones de dólares y creará más de 20 millones de puestos de trabajo, sobre todo en países en desarrollo, según el Instituto de Economía Internacional Peterson, de Washington. “Es bueno tanto para los países desarrollados como para los países en desarrollo”, ha celebrado el representante de Comercio de EE UU, Michael Froman. El pacto queda a falta de la aprobación de los gobiernos miembros de la organización.
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