Gabriel nació con una deficiencia de extremidad llamada Apodia, una anomalía del desarrollo que se caracteriza por la ausencia de uno o de ambos pies. Esta realidad no ha detenido a Gabriel, quien asombrando a sus médicos, empezó a caminar a los 10 meses de edad y pronto comenzó a patear el balón de fútbol. Cuando creció, se unió al equipo de su escuela y desde entonces no ha parado de ganar medallas.
Ahora, una serie de Televisión está documentando la historia de la perseverancia del pequeño futbolista, después de que el niño fuera invitado a España a demostrar su talento.
“Lo único que no puedo hacer es volar”, dice Gabriel, quien está determinado a convertirse en jugador de fútbol profesional.
Con información de Daily Mail