El Ibex 35 está sufriendo este viernes su quinto día consecutivo de caídas y, además, con mayor intensidad que en las jornadas precedentes por el desplome de las divisas de los emergentes,especialmente del peso argentino. La volatilidad que se ha adueñado en las últimas horas del mercado cambiario ha llevado al selectivo español a ceder más de un 3%, con lo que ha dicho adiós a los 10.000 puntos. La razón es el impacto que tiene la depreciación de estas monedas en las empresas que cotizan en el selectivo con negocios en Latinoamérica, que son prácticamente todas las grandes. En el resto de Europatambién han dominado las caídas, aunque de menor intensidad que en España.
"Hoy las bolsas están tocadas por 3 razones: agravamiento en Argentina, noche asiática bajista —por la publicación de más malos datos de China— y toma de beneficios tras el prolongado rally anterior. Frente a esto, no hay referencias que puedan impulsar al mercado", han resumido los analistas de Bankinter.
Las divisas de los mercados emergentes se desplomaron durante la noche del jueves, con el peso argentino sufriendo su mayor descenso diario desde la devastadora crisis financiera del país en 2002. El motivo de ello fue el aviso que ha hecho el banco central argentino advirtiendo de que no actuaría contra la caída de la moneda. Esto ha provocado que las compañías españolas con una exposición relevante en Argentina como BBVA, Telefónica, Endesa, Gas Natural o Dia, entre otras, hayan sufrido grandes caídas por el impacto negativo que tendrá la pérdida de valor de la divisa en el negocio que tienen en el país.
En el caso del banco que preside Francisco González, el castigo ha venido también por otro frente: Turquía, donde el BBVA controla el 25% del Garanti y cuya moneda, la lira turca, también ha perdido posiciones frente a las divisas de referencia. De hecho, ha sido la segunda moneda que más ha caído tras el peso, lo que no es una buena noticia para el grupo español, que obtiene el 15% del total de su margen de intereses de la región.
A este respecto, el peso y la lira no han sido las únicas damnificadas por el incremento de la tensión en el mercado cambiario. Así, otras monedas emergentes como el dólar australiano han tocado mínimos. En su caso, al cambio más bajo frente a su opuesto estadounidense en tres años y medio. Y eso que el dólar también ha sufrido por la aparición de dudas en torno a la recuperación mundial a raíz de China, que no acaba de dar buenas noticias —este jueves fueron las manufacturas—. En este escenario de nerviosismo, el billete verde ha tenido también fuertes pérdidas lastrada por ser la moneda del comercio. Así, ha registrado su mayor descenso diario de los últimos cuatro meses con respecto a una cesta de divisas de referencia. Frente a esta evolución, el yen, el franco suizo y el euro, que ha rozado los 1,37 dólares, se han visto beneficiadas por su condición de valor refugio y se han mantenido fuertes.
Pese a que España está en el euro y su deuda se fija en la divisa europea, los bonos del Estado español no se han librado del trasvase de la tensión de las divisas al mercado soberano de renta fija. Por culpa de la mayor cautela de los inversores, las ventas sobre los títulos del Tesoro han aumentado el diferencial del bono a 10 años con su equivalente alemán hasta los 210 puntos básicos, unos seis más que el cierre la víspera y su mayor nivel desde el 2 de enero.EL PAIS