El Gobierno de Brasil estudiará la posibilidad de limitar el poder de los representantes de los jugadores de fútbol, afirmó el secretario nacional de Fútbol del Ministerio del Deporte, Toninho Nascimento.
El anuncio fue realizado por el secretario después de una reunión entre la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y el "Bom Senso FC" (Sentido Común FC), un grupo de jugadores que reivindica reformas en la gestión del fútbol.
Antes de decidir qué medidas tomar, el Ministerio del Deporte encargará un estudio para evaluar el papel y las funciones de los representantes de jugadores, que deberá estar terminado en un plazo de cuatro meses, según Nascimento.
"El Gobierno tiene una preocupación con la actuación de los representantes. En el fútbol, niños de 14 años son captados por representantes", afirmó Nascimento en declaraciones a periodistas.
En la reunión, el Bom Senso FC pidió ayuda al Gobierno para que se apliquen castigos financieros y deportivos a los clubes que tengan deudas con los jugadores y otros empleados.
El director ejecutivo del Bom Senso FC explicó que el grupo presentó a Rousseff otras reivindicaciones, que incluyen el cambio de fechas del calendario de competiciones y reglas para fomentar buenas prácticas financieras por parte de los clubes.
Esta es la segunda reunión entre Rousseff y los representantes del Bom Senso FC, grupo que aglutina a miles de jugadores de la primera a la cuarta división, desde el pasado mayo.
Rousseff tiene previsto recibir el próximo viernes a representantes de los clubes de primera división para tratar con ellos de los posibles cambios en la legislación para sanear sus cuentas.
