La primera Cumbre de la Niña, organizada entre el Reino Unido y Unicef, empezó hoy en Londres con el objetivo de consensuar medidas globales para erradicar la mutilación femenina y el matrimonio infantil.
Durante toda la jornada, representantes de numerosos países, organizaciones no gubernamentales y víctimas escucharán testimonios y analizarán métodos para poner fin "en una generación" a prácticas que "perjudican a las niñas de manera profunda y permanente", según dijo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
"Las niñas no son propiedad de nadie. Tienen derecho a decidir su propio destino, y cuando pueden hacerlo, nos beneficiamos todos", afirmó Lake.
Los datos difundidos por Unicef indican que, aunque en las últimas tres décadas se ha producido una leve disminución de estas prácticas, existe el riesgo de que vuelvan a aumentar por el hecho de que crece la población, por lo que, de acuerdo con el organismo de la ONU, hay que "acelerar el trabajo".
Más de 130 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital femenina en los 29 países de África y Oriente Medio en los que esas prácticas son más comunes.
Además del profundo dolor físico y psicológico que sufren, las niñas mutiladas corren peligro de hemorragias prolongadas, infecciones, infecundidad y muerte, explica Unicef.
Según la organización de protección de la infancia, el matrimonio infantil es aún más común que la mutilación genital femenina y puede ser "causa de desventajas y privaciones de por vida".
A nivel mundial, más de 700 millones de mujeres han contraído matrimonio siendo niñas y, de ellas, más de una de cada tres -en torno a 250 millones de mujeres- se casaron antes de los 15 años.
El objetivo de Unicef es acelerar los esfuerzos para contrarrestar el crecimiento de la población y lograr que en 2050 el número de mujeres que son obligadas a casarse siendo niñas se haya reducido a 450 millones, mientras que las víctimas de mutilación y ablación genital se mantendrían en torno a los 130 millones actuales.
"Pese a que se trata de problemas de magnitud mundial, las soluciones deben tener carácter local, y las comunidades, las familias y las propias niñas deben impulsar las respuestas a fin de modificar las actitudes e interrumpir los ciclos que perpetúan la mutilación y ablación genital femenina y el matrimonio infantil", señaló Lake.
Se espera que el primer ministro británico, David Cameron, anuncie en el transcurso de la cumbre medidas para eliminar esas prácticas en el Reino Unido, donde se calcula que hay más de 170.000 mujeres que han sido mutiladas y unas 65.000 menores de 13 años estarían en riesgo.
Aunque la ablación es ilegal desde 1985, las primeras denuncias y procesamientos se han producido este año, tras un esfuerzo del Gobierno para proteger a las víctimas.
Está previsto que Cameron dé a conocer hoy un programa de prevención por valor de 1,4 millones de libras (1,75 millones de euros) con el que se formará a policías, maestros y trabajadores sociales para identificar casos de riesgo.
Según se ha adelantado, también se anunciará legislación que, entre otras cosas, penalizará a los padres que fomenten la práctica en sus hijas.
Durante toda la jornada, representantes de numerosos países, organizaciones no gubernamentales y víctimas escucharán testimonios y analizarán métodos para poner fin "en una generación" a prácticas que "perjudican a las niñas de manera profunda y permanente", según dijo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
"Las niñas no son propiedad de nadie. Tienen derecho a decidir su propio destino, y cuando pueden hacerlo, nos beneficiamos todos", afirmó Lake.
Los datos difundidos por Unicef indican que, aunque en las últimas tres décadas se ha producido una leve disminución de estas prácticas, existe el riesgo de que vuelvan a aumentar por el hecho de que crece la población, por lo que, de acuerdo con el organismo de la ONU, hay que "acelerar el trabajo".
Más de 130 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital femenina en los 29 países de África y Oriente Medio en los que esas prácticas son más comunes.
Además del profundo dolor físico y psicológico que sufren, las niñas mutiladas corren peligro de hemorragias prolongadas, infecciones, infecundidad y muerte, explica Unicef.
Según la organización de protección de la infancia, el matrimonio infantil es aún más común que la mutilación genital femenina y puede ser "causa de desventajas y privaciones de por vida".
A nivel mundial, más de 700 millones de mujeres han contraído matrimonio siendo niñas y, de ellas, más de una de cada tres -en torno a 250 millones de mujeres- se casaron antes de los 15 años.
El objetivo de Unicef es acelerar los esfuerzos para contrarrestar el crecimiento de la población y lograr que en 2050 el número de mujeres que son obligadas a casarse siendo niñas se haya reducido a 450 millones, mientras que las víctimas de mutilación y ablación genital se mantendrían en torno a los 130 millones actuales.
"Pese a que se trata de problemas de magnitud mundial, las soluciones deben tener carácter local, y las comunidades, las familias y las propias niñas deben impulsar las respuestas a fin de modificar las actitudes e interrumpir los ciclos que perpetúan la mutilación y ablación genital femenina y el matrimonio infantil", señaló Lake.
Se espera que el primer ministro británico, David Cameron, anuncie en el transcurso de la cumbre medidas para eliminar esas prácticas en el Reino Unido, donde se calcula que hay más de 170.000 mujeres que han sido mutiladas y unas 65.000 menores de 13 años estarían en riesgo.
Aunque la ablación es ilegal desde 1985, las primeras denuncias y procesamientos se han producido este año, tras un esfuerzo del Gobierno para proteger a las víctimas.
Está previsto que Cameron dé a conocer hoy un programa de prevención por valor de 1,4 millones de libras (1,75 millones de euros) con el que se formará a policías, maestros y trabajadores sociales para identificar casos de riesgo.
Según se ha adelantado, también se anunciará legislación que, entre otras cosas, penalizará a los padres que fomenten la práctica en sus hijas.
EFE