Corea del Sur pidió hoy a Japón que sea “transparente” después de que el Gobierno de Shinzo Abe anunciara que levantará algunas sanciones a Corea del Norte a cambio de que este país abra una nueva investigación sobre los ciudadanos nipones que secuestró en los 70 y los 80.
“Las negociaciones entre ambos países deben ser realizadas de forma transparente”, advirtió el Ministerio de Exteriores de Corea del Sur en un comunicado que alude directamente al Gobierno japonés.
La cancillería de Corea del Sur insistió en que “bajo ningún concepto el Gobierno de Japón ha de tomar medidas que puedan dañar los tratados de cooperación entre Washington, Seúl y Tokio sobre el programa nuclear norcoreano”, según el comunicado.
No obstante, Seúl deseó que el problema de los japoneses secuestrados por el régimen de los Kim “se resuelva pronto, ya que se trata de un asunto de carácter humanitario”, afirmó Exteriores.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció hoy que este viernes levantará parte de las sanciones unilaterales que su país mantiene sobre Corea del Norte, al tiempo que el régimen de Kim Jong-un ponga en marcha una investigación sobre los secuestros.
Pyongyang ya ha entregado a Tokio una lista con 10 nombres de japoneses que viven en Corea del Norte en la que se incluyen algunos que fueron secuestrados, según revelaron al diario Nikkei fuentes del Gobierno nipón.
Japón sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 de sus ciudadanos fueron secuestrados por Corea del Norte para impartir lecciones de cultura e idioma en sus programas de adiestramiento de espías.
Solo cinco de ellos han podido regresar a su país y hasta ahora Pyongyang había asegurado que el resto falleció o que ni siquiera pisó nunca suelo norcoreano.
En mayo ambos países acordaron que Pyongyang tratará de resolver los secuestros y que Tokio rebajará las sanciones unilaterales que mantiene sobre Corea del Norte, siempre que las conclusiones de la investigación resulten satisfactorias.
Las medidas punitivas japonesas sobre Corea del Norte incluyen la congelación de activos de organizaciones y personas ligadas al Estado comunista y restricciones en los visados para residentes norcoreanos en Japón y el envío de remesas de éstos.
El Gobierno japonés considera desde hace años la resolución de los secuestros como condición primordial para levantar las sanciones y normalizar los lazos con Corea del Norte, Estado que no reconoce y con el que no mantiene relaciones diplomáticas.
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