Dos expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) inician hoy una visita de una semana a Japón con el objetivo de recoger muestras de agua de mar frente a la accidentada central nuclear de Fukushima y optimizar así los controles de radiactividad de la misma.
La visita, que durará hasta el 14 de septiembre, responde a las recomendaciones recogidas en un informe realizado por el organismo a finales de 2013 que revisaba la hoja de ruta del Gobierno nipón para desmantelar cuatro de los seis reactores de la planta, golpeados fatalmente por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011.
Entre las recomendaciones se incluía el realizar comparaciones entre resultados obtenidos por diferentes laboratorios a la hora de analizar el agua marina en el entorno de la central para lograr una mayor transparencia en los resultados.
De este modo, las muestras de agua obtenidas en esta visita serán enviadas a laboratorios en Japón y también a laboratorios medioambientales del OIEA para ser analizadas por separado y después comparadas.
Tras el accidente de marzo de 2011 desde la central se arrojó una enorme cantidad de agua altamente radiactiva al océano Pacífico.
Pese a que el nivel de radiactividad del agua que anega actualmente las instalaciones es mucho menor que entonces, se calcula que la planta continúa vertiendo a diario unas 400 toneladas al mar desde sus muelles.
De hecho, evitar que este líquido, mezcla de los torrentes subterráneos naturales que penetran en los edificios y del agua que se usa para refrigerar los reactores dañados, vaya a parar al Pacífico es uno de los principales obstáculos de cara a desmantelar con éxito la central.
Las emisiones y vertidos provocados por el accidente en Fukushima Daiichi, el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, aún obligan a mantener evacuadas a miles de personas que residían en el entorno de la central y han afectado gravemente a la pesca, la agricultura y la ganadería local.EFE