Los dos Mauro, Matos y Cetto, dieron vuelta en dos minutos el partido ante Danubio, que ganaba casi desde el arranque. El Ciclón consiguió lo que no había logrado en el título de la Libertadores del 2014: un triunfo de visitante.
En lo que para todos los hinchas de San Lorenzo es una gesta histórica, probablemente la mayor hazaña deportiva de la historia del club, la Libertadores del 2014, el equipo no había ganado de visitante: apenas tres puntos en siete partidos fuera de casa.
El debut en la versión 2015, en la que tiene el altísimo objetivo de mantener la Copa del año pasado, el Ciclón arrancó con victoria: 2 a 1 a Danubio en el Centenario de Montevideo. Clave no sólo porque tres puntos de arranque representan muchísimo para intentar pasar la fase de grupos, también porque a Boedo le tocó una zona más que complicada, con Corinthians y San Pablo.
Un triunfo para festejar muchísimo y para levantar la autoestima de San Lorenzo, en un partido que perdía casi desde el comienzo cuando el fondo de los de Bauza fue muy ingenuo y por no decidirse a rechazar la pelota facturó Castro la ventaja para Danubio.
Durante largos minutos el Ciclón fue muy impreciso y con poca profundidad. Romagnoli había tenido una clara, aunque San Lorenzo no expresó la personalidad necesaria como para merecer el empate. Seba Blanco intentó liderar los ataques aunque falló bastante en la distribución. Bauza hizo cambios en el ST: Cauteruccio, Barrientos y Mussis por Villalba, Mercier y Romagnoli.
San Lorenzo mostró más ímpetu que juego elaborado. Mussis tuvo la más clara con un remate desde afuera del área. La sensación de gol creció más porque el fondo uruguayo perdió resistencia y llegaron los dos minutos mágicos de los dos Mauro: Matos capitalizó un rechazo y al toque Cetto facturó tras un corner en que la pelota fue peinada. Casi que se encontró con el balón.
Así como San Lorenzo se encontró con una victoria impresionante.OLE