El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró a su llegada a Ecuador que acude a un encuentro con el presidente colombiano Juan Manuel Santos con la máxima expectativa y con un conjunto de propuestas concretas.
Maduro declaró al bajar del avión que lo trasladó hasta la capital ecuatoriana que presentará propuestas humanitarias, de integración y de hermandad.
Indicó que no será fácil, pero los gobernantes están obligados a que de este encuentro salgan buenas noticias de paz.
El presidente Nicolás Maduro arribó al aeropuerto Mariscal Sucre en Ecuador, desde donde se dirigirá a Quito, capital de este país, para ser recibido en la Plaza Grande y Palacio de Carondelet, donde se reunirá con su par colombiano Juan Manuel Santos.
Más temprano, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, llegó a Ecuador, para acompañar la reunión que sostendrán los mandatarios de Venezuela y Colombia sobre la situación de la frontera colombo-venezolana.
Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó su aspiración de que ambos países resuelvan las diferencias. “Ojalá hoy sea un día de alegría para nuestra América Latina y se superen los conflictos entre nuestras queridas Colombia y Venezuela”.
Correa y Vázquez, quienes ejercen las presidencias pro témpore de la Celac y la Unasur, dos de los mayores bloques regionales, servirán como mediadores en la reunión bilateral.
Santos y Maduro se verán las caras en Quito
Tras un mes de distanciamiento diplomático, Santos y Maduro se reúnen en Quito para intentar frenar la escalada de tensiones en la frontera a causa de los cierres limítrofes desde Táchira, Zulia y Apure.
Los dos mandatarios se reencontrarán a partir de las 14H00 locales (19H00 GMT) en el Palacio de Carandolet – sede presidencial ecuatoriana -, a instancias de los gobiernos de Ecuador y de Uruguay.
Con un largo historial de incidentes en su porosa frontera de 2.119 km, las relaciones entre Colombia y Venezuela entraron hace un mes en una grave espiral de tensiones.
El 19 de agosto Maduro decretó el Estado de Excepción en puntos fronterizos y ordenó su cierre, tras un ataque a una patrulla de la GNB que dejó tres heridos.
El jefe de Estado culpó de la acción a paramilitares colombianos implicados en el narcotráfico y emprendió una cruzada para sanear la frontera del millonario contrabando de mercancías, principalmente de gasolina, y que es estimulado por las diferencias abismales de precios entre países.
Desde entonces han sido deportados 1.532 colombianos y 18.377 han regresado a su país por miedo a ser expulsados, según cifras de la ONU.
Bogotá y Caracas se distanciaron aún más con el llamado a consultas de sus embajadores.
La relación bilateral se dificultó aún más la última semana con las denuncias de Colombia sobre tres incursiones aéreas y una terrestre en su territorio por parte de fuerzas venezolanas.