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lunes, 21 de septiembre de 2015

Alexis Tsipras, una estrella que lo apostó todo y ganó

(Atenas, 21 de septiembre – DPA). – ¿Se puede decir que Alexis Tsipras vuelve a ser una superestrella política? Después de todo, el dirigente izquierdista lo ha vuelto a conseguir a pesar de tenerlo todo en contra: ganó sorpresivamente y con contundencia las elecciones y ahora tendrá que gobernar en tiempos duros, de nuevo con un duro programa de ahorro y con dolorosas reformas.
El diario centrista “Ta Nea” anunciaba ya hoy en el titular una “era Tsipras”. El político, que apenas ha superado los 40, parece hecho para las tareas difíciles. Ha vuelto a conseguir sorprender a sus adversarios y durante la campaña electoral actuó de forma estratégica con el sentir de la población.
Para gobernar no ha dudado en aceptar una nueva alianza con los populistas de derecha, con los que formó coalición tras vencer en las elecciones de enero pasado.
Tras la convocatoria de un adelanto electoral, Tsipras daba la impresión de estar nervioso, se le veía sudoroso y parecía que perdía su aire juvenil y distendido. En ocasiones reaccionaba crispado a las preguntas incómodas sobre el creciente desempleo en Grecia, pero volvió a conquistar a los electores con su encanto político.
Y Tsipras sí ha cometido errores: cuando asumió de forma triunfal el gobierno en enero pasado, quería frenar en seco el programa de ahorro. Negoció con los acreedores internacionales, pero dio un giro radical cuando no vio posibilidad de acuerdo y consultó a los griegos, en referéndum, si aceptaban o no las propuestas de ahorro y el paquete de reformas de los acreedores.Reconoció haber cometido errores como primer ministro y también admitió haberse equivocado en la elección de colaboradores, pero dijo que aprendió y que reaccionará mejor en el futuro. Y muchos electores parecen haberle creído, al menos no vieron ninguna alternativa mejor.
Casi el 62 por ciento de los electores lo rechazaron ¿Y qué hizo Tsipras? Lo aceptó con condiciones aún más duras. Él quería subir las pensiones y los salarios, sin embargo se recortarán. Quería ajustar el cinturón a la élite millonaria y a los evasores fiscales, pero finalmente no se verán afectados. Tsipras comenzó como idealista, pero se convirtió cada vez más en un astuto y poderoso político.
El poder de los grandes en la UE no le dejó margen, dijo Tsipras. Y cediendo consiguió evitar a su país la catástrofe de una salida de la eurozona. Ahora quiere negociar una reestructuración de la deuda con los acreedores internacionales.
La táctica de soprender a los rivales con algún truco es algo que Tsipras domina desde sus años mozos. Echando a vista atrás a su pasado en la izquierda, Tsipras dio sus primeros pasos en la política como dirigente estudiantil contestatario; entró en las juventudes comunistas, participó en los movimientos antiglobalización y se sumó en la agrupación de formaciones de izquierda Syriza, cuando todavía era una formación insignificante en el panorama nacional griego.
Y haber recorrido ese trecho desde las calles de Génova hasta la presidencia del gobierno griego es toda una obra maestra de este político. Las turbulencias de la crisis financiera y las dramáticas consecuencias para el pueblo griego llevaron a Tsipras justo donde nadie contaba que estaría. Consiguió poner fin a la eterna alternancia en el poder entre gobiernos conservadores y socialistas. Tsipras no provenía de la vieja elite política y ha conseguido abrirse una camino nuevo.En el verano (boreal) de 2001, su implicación lo llevó hasta las violentas manifestaciones contra la cumbre del G8 en la ciudad italiana de Génova. Un diario británico mostró las imágenes del joven al margen de un enfrentamiento con decenas de policías italianos. En aquellos enfrentamientos hubo decenas de heridos y un manifestante murió por un disparo de las fuerzas de seguridad.
Ahora él y su gente de confianza definirán la política griega. El político está rodeado de un grupo de siete personas a las que se les atribuye cierto grado de influencia sobre su política y entre ellas figura su mentor político Alekos Flambouraris o su amigo de juventud Nikos Pappas.
Padre de dos hijos, Tsipras vive con su compañera en Kypseli, un barrio de trabajadores y empleados y en raras ocasiones se ve a la pareja junta. Peristera Baziana también es activa políticamente pero se queda casi siempre en un segundo plano.
Pero Tsipras no quiere ni puede esconderse en un segundo plano. Pidió “una segunda oportunidad” a los votantes y se la han dado. Ahora arranca el mandato, antes de que comiencen a sentirse las consecuencias de las reformas y las duras medidas de ahorro. Si su nuevo gobierno consigue acabar la legislatura, sería el primero que lo consigue en años y además acabaría ascendiendo al olimpo de las super estrellas políticas.