La escalada de violencia en Israel y los territorios ocupados costó la vida a un eritreo inocente, que fue herido por un disparo propinado por un agente de seguridad israelí y golpeado por una multitud enfurecida que lo confundieron con un agresor.
El eritreo se encontraba el domingo en la estación de autobuses de Beersheba, una ciudad del sur de Israel, cuando un árabe-israelí mató a un soldado israelí, se apoderó de su fusil e hirió a otras diez personas.
En la confusión, un agente de seguridad disparó contra el eritreo de 26 años, que corría para protegerse, al cual confundió con un agresor.
Un video en internet mostraba el lunes a un agente de seguridad israelí abrir fuego contra un hombre, probablemente la víctima eritrea.
En otro vídeo se veía a varios hombres dando patadas al eritreo, una de ellas en la cabeza, mientras que algunas personas intentaban interponerse.
Por otra parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu ordenó suspender la construcción de un muro tendiente a separar un barrio palestino de un barrio judío en Jerusalén Este.
El muro de unos 300 metros de largo, según la municipalidad, será temporario y móvil y su único objetivo es impedir el lanzamiento de piedras y artefactos incendiarios contra los judíos, afirmaron las autoridades de la ciudad.
Sin embargo el muro dio lugar a una fuerte polémica y Netanyahu ordenó que se suspendan los trabajos que se iniciaron sin su conocimiento.
Los palestinos lo comparan al que Israel construyó en Cisjordania durante la segunda intifada, muro que se convirtió en uno de los símbolos más detestados de la ocupación israelí.
Por su parte, los adversario de Netanyahu lo acusaron de querer reforzar la división de Jerusalén -cuyo sector palestino (Jerusalén Este) fue ocupado y anexado por los israelíes después de 1967- y, de esa forma, socavar el principio de que toda Jerusalén, tanto Occidental como Oriental, es la capital indivisible de Israel.
El muro de Jerusalén es emblemático de la “histeria” a la cual ceden los poderes públicos, afirmó por su parte el diario Yedioth Ahronoth, crítico de Netanyahu.
Jerusalén Este y Cisjordania conocen una escalada de violencia desde el 1º de octubre pasado que hace temer una sublevación de gran amplitud.
Los ataques cometidos por individuos aislados contra soldados, policías y civiles judíos llegaron el domingo al corazón de Israel.
“Extremadamente grave”
El autor del atentado en la estación de autobuses, un árabe-israelí de 21 años, Muhanad Jaleel Uqbi, residente en los alrededores de Beersheba, fue abatido luego de la agresión.
La policía considera como “extremadamente grave” la agresión sufrida por el eritreo cuando se encontraba herido en el piso y no representaba “ningún peligro“.
La policía “no permitirá a nadie que se haga justicia por su propia mano”, dijo un portavoz policial.
El jefe de la policía local ordenó que se localice a las personas que golpearon al eritreo.
El eritreo es la primera personas abatido en tales circunstancias en Israel desde el inicio de este nuevo ciclo de violencia.
Sin embargo, en días anteriores ya hubo situaciones en que la gente enfurecida buscaba hacer justicia por su propia cuenta.
Los autores de las agresiones de octubre son en gran mayoría oriundos de Jerusalén Este, pero algunos ataques fueron obra de árabes israelíes.
Las autoridades israelíes y palestinas no logran contener un movimiento impulsado por jóvenes incontrolados.
La violencia preocupa a la comunidad internacional.
Esta semana, el secretario de Estado estadounidense John Kerry se entrevistará con Netanyahu en Alemania y luego con el presidente palestino Mahmud Abas, posiblemente en Jordania.
El Consejo de Seguridad de la ONU comenzó a examinar un proyecto de resolución exhortando a un retorno a la calma y al respeto de las reglas relativas a la explanada de las Mezquitas, punto ultrasensible de Jerusalén.
Una de las ideas que se están barajando, que Israel atribuye a Francia, sería la de una presencia internacional en la explanada, cosa que Israel rechaza vigorosamente y no entusiasma a Estados Unidos.
Fuente: AFP