( AFP) – El Vaticano anunció este miércoles que abrió una investigación judicial “por complicidad en robo de documentos” contra los periodistas italianos Gialuigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, autores de sendos libros sobre la corrupción en la Curia Romana.
La Santa Sede confirmó así resolución de combatir con mano firme el robo y la filtración de documentos reservados, base del escándalo por despilfarro y malversación que sacude desde hace una semana a la Curia.
El anuncio de la investigación judicial fue hecho mediante una nota oficial del portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi.
“La magistratura vaticana adquirió elementos que demuestran con evidencia la complicidad en el delito” de robo de documentos, una infracción introducida por el papa Francisco en julio del 2013, precisa el comunicado.
En la nota, el vocero del papa advierte que se investiga la posición de “otras personas, que por su función” cooperaron con los periodistas.
La divulgación de documentos reservados “contra la seguridad del Estado”, es castigada con una pena de 4 a 8 años de cárcel.
Dos libros, escritos por los periodistas y lanzados la semana pasada, destaparon casos de corrupción, despilfarro y malversación en la Curia Romana y se basan en documentos, grabaciones, correos electrónicos, actas de reuniones y fotos sustraídos a las oficinas del Vaticano.
El escándalo estalló hace diez días con la detención del cura español Lucio Angel Vallejo Balda, acusado de divulgar documentos confidenciales.
Además de Vallejo Balda, de 54 años, miembro del Opus Dei, fue detenida y sucesivamente liberada Francesca Chaouqui, consultora como Vallejo Balda de la comisión creada en 2013 para estudiar la reforma económica y organizativa de la Santa Sede.
Los dos libros, “Vía Crucis”, de Nuzzi y “Avaricia”, de Fittipaldi, revelan también la resistencia interna contra las reformas propuestas por el papa Francisco.
Los alquileres de oro
Los magistrados del Vaticano abrieron también una investigación sobre la filtración de documentos de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), la entidad encargada de administrar el inmenso patrimonio inmobiliario de la Santa Sede.
En otra nota divulgada este mismo miércoles, el Vaticano precisó que con esos documentos se informa en “forma parcial e imprecisa” sobre las actividades de APSA.
Según las denuncias de Nuzzi y Fittipaldi, un banquero italiano utiliza la entidad para lavar dinero y los alquileres pagados por inquilinos no corresponden en algunos casos al precio del mercado.
“APSA colabora con las entidades pertinentes, no es objeto de investigación y continúa operando cumpliendo con las normas vigentes”, precisa el Vaticano.
La mala gestión de los “alquileres de oro”, es decir de apartamentos en zonas céntricas y elegantes de Roma y que produce alrededor de mil millones de euros a la Santa Sede, menos de lo que debería, es denunciada en los dos libros que acusan de clientelismo y nepotismo también a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide), propietaria también de residencias exclusivas en la capital.
El número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, reconoció este mismo miércoles quereina “un clima pesado” tras las filtraciones de documentos reservados y revelaciones sobre los privilegios en la Curia Romana.
El domingo el pontífice argentino se comprometió ante los fieles que se congregaron en la plaza de San Pedro a seguir adelante “con serenidad y determinación” su programa de reformas.
“Quiero asegurarles que este triste hecho ciertamente no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante con mis colaboradores y con el apoyo de todos ustedes”, dijo Francisco tras el ángelus dominical, generando ovaciones y aplausos.
Todo parece indicar que la primera reforma que el papa argentino llevará a cabo será la gestión del patrimonio inmobiliario de la Santa Sede