La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) condenó el asesinato de siete civiles, entre ellos dos mujeres y tres niños, perpetrado por fuerzas antigubernamentales en la provincia sureña de Zabul.
El representante especial del Secretario General para ese país y jefe de UNAMA, Nicholas Haysom, subrayó en un comunicado que el asesinato deliberado de rehenes civiles es aborrecible y se considera un crimen de guerra, por lo que los responsables deben rendir cuentas.
La Misión reiteró que tanto el asesinato de civiles como su secuestro son graves violaciones de las leyes humanitarias que todas las partes de un conflicto armado deben acatar, incluidas las fuerzas opositoras.