La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, admitió que 2015 ha sido "el peor" de todos los años que ha estado en La Moneda, sede del Ejecutivo, en el que se han destapado varios casos de corrupción que han salpicado a su familia.
"Claramente, hasta ahora, es el peor (...), estoy esperando con ansias el 31 de diciembre", dijo Bachelet en una entrevista que publica el diario Publimetro y agregó que en sus salidas a terreno la gente le ha hecho notar que ahora la encuentran "menos alegre".
El año que termina ha supuesto para Bachelet el desplome de su popularidad, que se mantiene por debajo del 30 %, por los casos de corrupción que han salpicado a su familia y particularmente a su hijo, Sebastián Dávalos, en el llamado "caso Caval".
Dávalos es investigado por presunto tráfico de influencias y uso de información privilegiada en un millonario negocio inmobiliario que le reportó unos 4,8 millones de dólares de beneficio por medio de Caval, una empresa de la que su esposa, Natalia Compagnon, es socia.
"Ha sido un año duro desde todo punto de vista. No me puedo estar jajajeando (riendo) todos los días, pero trato de tener sentido del humor. No digo que las encuestas no digan ciertas cosas y a lo mejor la gente me ve más lejana", reflexionó Bachelet.El hijo de la mandataria, que al destaparse el caso renunció a su cargo de director sociocultural de la Presidencia, ha declarado tres veces como imputado, la última vez la semana pasada, en relación con el computador que utilizaba en su trabajo, cuya memoria ordenó borrar al abandonar La Moneda.
Para la mandataria, los casos de corrupción que han implicado a grandes empresas, parlamentarios y dirigentes políticos de todos los sectores suponen el "fin de los poderes fácticos" y muestran que la sociedad chilena es "más madura y transparente" porque de lo contrario, "ninguna de estas cosas se sabrían".
Bachelet admitió que gobernar en medio de una crisis de confianza "es más complejo" y afirmó que prefiere asumir el actual escenario "como una oportunidad" para "hacer todos los cambios legales, aumentar las exigencias y los niveles de transparencia, de manera que sea mucho más difícil infringir las normas".
"Estoy segura de que la ciudadanía ya no tolera privilegios ni lados oscuros en ninguna institución. La gente en Chile no aguanta la falta de transparencia, los abusos, los privilegios. La gente no está disponible para eso, y eso habla bien de Chile", acotó. efe