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lunes, 7 de diciembre de 2015

Una tormenta deja dos muertos en el Reino Unido

La tormenta Desmond, que azotó el Reino Unido durante el fin de semana, dejó dos muertos y 60.000 hogares sin electricidad en el noroeste de Inglaterra, adonde se desplazará este lunes el primer ministro David Cameron.
Cameron visitará las zonas afectadas, principalmente el condado de Cumbria, en medio de un creciente malestar porque las defensas contra el agua se vieron totalmente desbordadas y por la recurrencia de las inundaciones en el país.
Este lunes se descubrió un cadáver en un río de este condado después de que la policía fuera informada de que un hombre se había caído al agua. La segunda víctima es un hombre 90 años que el sábado murió cerca de una estación de metro del norte de Londres después de que una ráfaga de viento lo empujara a los pies de un autobús.
"Acabo de presidir una reunión COBRA sobre las inundaciones", escribió Cameron en Twitter, mencionando el nombre del comité gubernamental de emergencias. "Habrá más anuncios esta mañana, y luego visitaré las zonas más afectadas", añadió.
Cerca de 350 militares del segundo batallón del régimen del duque de Lancaster fueron desplegados en Carlisle, una de las ciudades más afectadas, para ayudar en las tareas de rescate.
Las zonas afectadas recibieron en apenas 24 horas el equivalente de un mes de lluvia y en algunos lugares las aguas alcanzaban casi 2 metros.
Unos 60.000 hogares, principalmente en la región de Lancaster, se quedaron sin luz, informó la compañía Electricity North West, y precisó que el corte podría durar "varios días".
Tres puentes fueron arrasados por las aguas, dificultando todavía más las comunicaciones.
"Existe el riesgo de nuevas inundaciones en ciertas regiones y la agencia de medioambiente pide a la población del norte de Inglaterra que esté preparada hoy y mañana", declaró el domingo por la noche Elizabeth Truss, secretaria de Estado de medioambiente.
Los servicios meteorológicos anunciaron más lluvias en el noroeste de Inglaterra y en el sudoeste de Escocia, donde muchos partidos de fútbol y rugby tuvieron que ser suspendidos. AFP