Abrahán Guirao pertenece a una familia cuyos miembros, incluido él, nacen con una mutación genética que le provoca una distrofia muscular degenerativa. La que por ocho generaciones han considerado una maldición, ahora resulta que los hace inmunes al VIH.
Abrahán, un español de 31 años, recuerda que a los 6 ya no podía correr como los otros niños, a los 12 le costaba subir escalones, y a los 24 necesitaba una silla de ruedas para desplazarse. Su enfermedad hace que todos los músculos de su cuerpo vayan perdiendo fuerza poco a poco.
En busca de una cura al VIH
Algo dio un giro el año 2013, tiempo en el que se identificó el gen causante de la distrofia muscular de cinturas que sufren Guirao y su familia, tipificada como LGMD1F.
“Al identificar el origen genético de la enfermedad vieron que afectaba a una proteína, la transportina 3, clave en la infección del VIH. Fue toda una sorpresa”, explicó a El País José Alcami, investigador de inmunopatología del sida en el Instituto de Salud Carlos III en declaraciones.
El descubrimiento ha hecho que el Instituto Carlos III, el Hospital Vall d'Hebron, el Hospital de la Fe y la Universidad de Valencia unan esfuerzos para buscar una cura o una vacuna contra el VIH.
“En teoría es posible. Si podemos bloquear la transportina 3 solamente en los leucocitos (las células del sistema inmunológico a las que ataca el VIH) sin que afecte a los músculos, detendríamos el virus. Esto nos muestra una nueva diana para luchar contra la pandemia”, sostuvo el virólogo.
Esperanzas de vida
La familia de Guirao también podría por fin acabar con esa enfermedad que arrastran de generación en generación. Él, sin embargo, teme que la cura llegue demasiado tarde.
“Me da mucha alegría saber que nuestra enfermedad pueda ayudar a mucha gente. También rabia porque en mi familia llevamos sufriendo esto durante más de un siglo y nunca se había investigado en profundidad”, se confiesa Mara Guirao, tía de Abrahán. EP