El presidente de EE.UU., Barack Obama, nominó hoy al juez Merrick Garland para el Tribunal Supremo y abrió así una batalla política con el Senado, controlado por una oposición republicana que se niega a confirmar a ese candidato durante la agitada campaña previa a las elecciones presidenciales de noviembre.
Obama eligió a Garland, un juez respetado por progresistas y conservadores, para cubrir la vacante dejada en la máxima corte del país por Antonin Scalia, fallecido el mes pasado.
"He elegido a un candidato que no solo está ampliamente reconocido como una de las mentes más brillantes del país en el ámbito legal, sino que además aporta a su trabajo un espíritu de decencia, modestia, integridad, imparcialidad y excelencia", aseguró Obama.
Desde la muerte de Scalia, los líderes republicanos en el Senado habían amenazado con vetar a cualquier candidato que nominara Obama por considerar que el encargado de elegir un nuevo juez debe ser el próximo presidente, que asumirá el poder en enero de 2017.
"He cumplido con mi deber constitucional. Ahora el Senado debe cumplir con el suyo. Los presidentes no dejan de trabajar en el último año de su mandato y los senadores tampoco deberían", subrayó Obama.
El mandatario pidió a los republicanos en el Senado ser "justos" con Garland y votar sobre su nominación, porque el Tribunal Supremo "debe estar por encima de la política" partidista.
Si los republicanos obstruyen el proceso, eso "provocará un ciclo interminable de ojo por ojo" entre los dos partidos y hará "que sea cada vez más difícil que cualquier presidente cumpla con su tarea mandada por la Constitución", argumentó Obama. EFE