La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó este miércoles que no permitirá que "el golpe prospere", en alusión al proceso que tramita el Senado y que puede separarla del poder dentro de unos quince días y luego llevar a su definitiva destitución.
Rousseff asistió a una convención nacional sobre derechos humanos en la que fue recibida por cientos de personas al grito de "no habrá golpe", que sus seguidores entonan sin cesar desde que comenzó el proceso que la puede llevar a un juicio político.
En su discurso, repitió lo que ha dicho desde hace meses sobre el proceso en su contra, del cual afirmó que si bien sigue los pasos previstos en la Constitución, es "ilegal" porque "no hay crimen".
Rousseff volvió a decir que "no puede haber un 'impeachment' (proceso de destitución) sin base jurídica, sin crimen", por lo que repitió su tesis del "golpe".
Según la mandataria, "hay varias formas de golpe, con las armas en la mano o con tanques, pero también hay un nuevo tipo de golpe que se hace con las manos desnudas, rasgando la Constitución".
La presidenta reiteró que se propone "luchar hasta el fin para garantizar que la democracia sea respetada" y que no permitirá que "algunos pretendan recortar los caminos hacia el poder".
Rousseff declaró que "lo que está en juego no son los 54 millones de votos" que apoyaron su reelección en octubre de 2014, sino que "se trata de la propia democracia" que "está en riesgo en Brasil".EFE