Un año después del devastador terremoto que sufrió Nepal y que dejó casi 9.000 muertos, más de 22.000 heridos, 8 millones de damnificados y enormes daños materiales, los organismos de la ONU continúan trabajando para ayudar al país a aprender de las lecciones de la catástrofe y avanzar en la reconstrucción.
La Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres recordó el sismo de 7,8 grados en la escala de Richter con un llamamiento a invertir en infraestructuras adaptadas al terreno sísmico en el que habitan los nepalíes.
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) trabaja con el gobierno de Nepal en la mitigación del impacto del terremoto en el medio ambiente, lo que incluye el desarrollo de estrategias para la gestión de basura y escombros, así como de materiales peligrosos.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ayuda a elaborar planes para fortalecer el sector sanitario y ampliar la capacidad de respuesta a las contingencias.
El director de la OMS para el sur de Asia destacó la importancia de aprender de los errores. Poonam Khetrapal Singh dijo que si bien los agentes sanitarios reaccionaron al terremoto de forma rápida y coordinada, las acciones emprendidas fueron insuficientes y no llegaron fuera de la capital, Katmandú. Destacó además que el 80% de las instalaciones médicas resultaron dañadas o destruidas.