Las personas que ya presentan enfermedades cardiovasculares
tienen menos riesgo de sufrir un ataque al corazón o cerebral si siguen
la llamada dieta mediterránea, según revela hoy un estudio publicado por
el European Heart Journal.
La investigación, desarrollada por científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), analizó los efectos que tienen sobre el organismo de esos pacientes una dieta rica en frutas, verduras, hortalizas, pescado y alimentos no refinados.
Los resultados de las pruebas efectuadas en 15.482 individuos en 39 países diferentes indicaron que la dieta mediterránea reduce significativamente el riesgo de sufrir ataques al corazón y derrames cerebrales.
Asimismo, constataron que, para este tipo de pacientes, es más importante aumentar la ingesta de alimentos saludables que evitar la de los considerados perniciosos, como cereales refinados, golosinas, postres, bebidas azucaradas o frituras, es decir, una dieta "occidental", según la denominaron los expertos.
Al comienzo de la investigación, los investigadores pidieron a los sujetos, enfermos cardiovasculares estables con una media de edad de 67 años, que rellenasen un sencillo cuestionario sobre su estilo de vida para determinar cuántas veces a la semana consumían ciertos alimentos.
De acuerdo a sus respuestas, se les incluyó en el grupo de "dieta mediterránea" (MDS, sus siglas en inglés) o "dieta occidental" (WDS), con mínimos y máximos de entre cero y 24 puntos en cada uno, dependiendo de la cantidad de alimentos saludables o no saludables que ingerían.
Después de 3,7 años, el 10,1 % de todos los sujetos encuestados había sufrido un ataque al corazón, un derrame cerebral o había fallecido, lo que los investigadores llamaron un "episodio cardiovascular grave" (MACE, sus siglas en inglés).
En la muestra de 2.885 pacientes que presentaban un MDS de 15 o más puntos (los que más alimentos saludables ingerían), el 7,3 % sufrió un MACE, frente al 10,5 % registrado en la de 4.018 sujetos con un MDS de entre 13 y 14 puntos.
En el grupo de los 8.579 individuos con el MDS más bajo, el 10,8 % padeció un MACE, destaca el estudio.
"Después de tener en cuenta otros factores que podrían haber afectado al resultado, descubrimos que el aumento de una unidad en el MDS estaba asociado a una reducción del 7 % por ciento en el riesgo de sufrir un ataque al corazón, un derrame o un fallecimiento por motivos cardiovasculares u otras causas en pacientes con enfermedades coronarias", explica Ralph Stewart, de la Universidad de Auckland.
En cambio, no se llegó a relacionar el mayor consumo de alimentos "considerados menos saludables" y "típicos de dietas occidentales" con un aumento de los MACE, "lo cual no lo esperábamos", matiza.
"El estudio sugiere que debemos poner más énfasis en animar a la gente con problemas de corazón a que coma más alimentos saludables y, quizá, hacer menos hincapié en evitar los alimentos no saludables", arguye el experto.
Steward recalca que algunos alimentos, sobre todo las frutas y las verduras, "parece que contribuyen" al descenso del riesgo de padecer ataques al corazón y cerebrales, si bien estos beneficios "no se explican a partir de factores de riesgo tradicionales, como el colesterol bueno y malo o la presión arterial".efe
La investigación, desarrollada por científicos de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), analizó los efectos que tienen sobre el organismo de esos pacientes una dieta rica en frutas, verduras, hortalizas, pescado y alimentos no refinados.
Los resultados de las pruebas efectuadas en 15.482 individuos en 39 países diferentes indicaron que la dieta mediterránea reduce significativamente el riesgo de sufrir ataques al corazón y derrames cerebrales.
Asimismo, constataron que, para este tipo de pacientes, es más importante aumentar la ingesta de alimentos saludables que evitar la de los considerados perniciosos, como cereales refinados, golosinas, postres, bebidas azucaradas o frituras, es decir, una dieta "occidental", según la denominaron los expertos.
Al comienzo de la investigación, los investigadores pidieron a los sujetos, enfermos cardiovasculares estables con una media de edad de 67 años, que rellenasen un sencillo cuestionario sobre su estilo de vida para determinar cuántas veces a la semana consumían ciertos alimentos.
De acuerdo a sus respuestas, se les incluyó en el grupo de "dieta mediterránea" (MDS, sus siglas en inglés) o "dieta occidental" (WDS), con mínimos y máximos de entre cero y 24 puntos en cada uno, dependiendo de la cantidad de alimentos saludables o no saludables que ingerían.
Después de 3,7 años, el 10,1 % de todos los sujetos encuestados había sufrido un ataque al corazón, un derrame cerebral o había fallecido, lo que los investigadores llamaron un "episodio cardiovascular grave" (MACE, sus siglas en inglés).
En la muestra de 2.885 pacientes que presentaban un MDS de 15 o más puntos (los que más alimentos saludables ingerían), el 7,3 % sufrió un MACE, frente al 10,5 % registrado en la de 4.018 sujetos con un MDS de entre 13 y 14 puntos.
En el grupo de los 8.579 individuos con el MDS más bajo, el 10,8 % padeció un MACE, destaca el estudio.
"Después de tener en cuenta otros factores que podrían haber afectado al resultado, descubrimos que el aumento de una unidad en el MDS estaba asociado a una reducción del 7 % por ciento en el riesgo de sufrir un ataque al corazón, un derrame o un fallecimiento por motivos cardiovasculares u otras causas en pacientes con enfermedades coronarias", explica Ralph Stewart, de la Universidad de Auckland.
En cambio, no se llegó a relacionar el mayor consumo de alimentos "considerados menos saludables" y "típicos de dietas occidentales" con un aumento de los MACE, "lo cual no lo esperábamos", matiza.
"El estudio sugiere que debemos poner más énfasis en animar a la gente con problemas de corazón a que coma más alimentos saludables y, quizá, hacer menos hincapié en evitar los alimentos no saludables", arguye el experto.
Steward recalca que algunos alimentos, sobre todo las frutas y las verduras, "parece que contribuyen" al descenso del riesgo de padecer ataques al corazón y cerebrales, si bien estos beneficios "no se explican a partir de factores de riesgo tradicionales, como el colesterol bueno y malo o la presión arterial".efe