El Senado brasileño inició la mañana de este miércoles la sesión para decidir si abre un juicio de destitución a la presidenta Dilma Rousseff, acusada de maquillar las cuentas públicas.
El plenario de la Cámara Alta inició los debates a las 10:00 de la mañana hora local, una hora más tarde de lo programado, en una jornada que se prevé extensa. La oposición afirma que cuenta con la mayoría simple de 41 votos para aprobar el juicio y apartar del poder a la primera mujer presidenta de Brasil por 6 meses, antes de adoptar una decisión definitiva.
El presidente del Senado, Renán Calheiros, inauguró la sesión y estableció los procedimientos que serán seguidos para una votación que se espera que concluya durante la madrugada de este jueves.
"Esta sesión pone sobre el Senado una inmensa responsabilidad, ya que se decidirá si la presidenta electa será separada del cargo", dijo Calheiros, quien valoró los "enormes esfuerzos que la sociedad brasileña ha hecho por mantener su democracia".
Según Calheiros, es un momento de una "responsabilidad gravísima" que impone de los senadores "la mayor convicción democrática" y la "máxima imparcialidad" para decidir si existen razones jurídicas suficientes para la apertura de un juicio político contra Rousseff.
También aclaró que, hasta ahora, todo el proceso ha sido avalado por la Corte Suprema, que lo ha "supervisado directamente en cada uno de sus pasos".
Si se aprueba el juicio, Rousseff será notificada el jueves de la decisión y a partir de ese momento estará suspendida del cargo durante los 180 días que puede durar el proceso.
Su cargo será ocupado en forma interina por el vicepresidente, Michel Temer, con quien está enemistada desde hace meses y que se prepara para asumir el poder con un nuevo gabinete y una orientación ideológica diametralmente distinta y de corte liberal.AFP/REUTERS