Administrar aspirina inmediatamente después de padecer síntomas de apoplejía podría reducir de forma sustancial el riesgo de sufrir en los siguientes días episodios más graves, según un estudio publicado este miércoles en "The Lancet".
La aspirina es un medicamento que los médicos suministran ya a aquellos pacientes que han padecido apoplejías o ataques isquémicos transitorios (lo que se conoce como TIA o miniapoplejía) a fin de prevenir futuros ataques, una vez que esas personas han sido previamente evaluadas en hospitales.
Esa práctica reduce el riesgo de sufrir otras apoplejías en un 15 % de probabilidades.
No obstante, según la investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores europeos en base a estudios previos realizados en la Universidad de Oxford, los beneficios de administrar la aspirina de manera mucho más inmediata -sin esperar a la evaluación del estado del paciente por un especialista- podrían ser mucho mayores.
El experto en apoplejías de la Universidad británica de Oxford Peter Rothwell, a cargo del citado grupo, indicó que "el riesgo de sufrir una apoplejía grave es muy alto inmediatamente después de haber padecido un TIA o una miniapoplejía, pero solo durante unos días".EF