La violenta represión de las protestas que se propagan contra los longevos sistemas autoritarios de Medio Oriente dejaron desde el miércoles 4 muertos en Bahréin, al menos 4 en Libia y 2 en Yemen.
Las rebeliones que este año derrocaron a los presidentes de Túnez, Zine El Abidine Ben Alí, y de Egipto, Hosni Mubarak, alentaron las reivindicaciones en esta región del mundo aquejada de déficit democrático, corrupción, nepotismo y de regímenes incapaces de renovarse.
La ola de contestación fue respaldada por Estados Unidos, que instó a los dirigentes de la región a dar una respuesta positiva a las demandas populares.
En Bahréin, cuatro personas murieron la madrugada del jueves durante el asalto de las fuerzas de seguridad contra manifestantes que querían pasar una segunda noche consecutiva en la Plaza Perla de Manama.
El ejercito desplegó por la mañana decenas de tanques, señalaron testigos en la capital de este pequeño reino del Golfo gobernado por la dinastía sunita de los Al Jalifa pero con mayoría de la población chiita (otra rama del islam).
En total, seis personas murieron en Bahréin desde el inicio el lunes del movimiento lanzado por internautas que llamaron por Facebook a manifestarse para exigir reformas políticas y sociales, a ejemplo de lo acontecido en Túnez y Egipto.
El llamamiento fue ampliamente seguido por los chiitas, que se consideran víctimas de discriminación en materia laboral y de acceso a los servicios públicos. Líderes opositores reclamaron al rey Hamad ben Isa al Jalifa, que subió al trono en 1999, la instauración de una monarquía constitucional.
En Libia, gobernada desde hace casi 42 años con mano de hierro por el coronel Muamar Kadhafi, al menos cuatro personas perdieron la vida el miércoles en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes contra el régimen en Al Baida (este), según sitios web de la oposición y Organizaciones No Gubernamentales (ONG) libias basadas en el extranjero.
“Las fuerzas de la Seguridad Interior y las milicias de los comités revolucionarios dispersaron a balazos una manifestación pacífica de jóvenes en la ciudad de Al Baida”, causando “al menos cuatro muertos y varios heridos”, indicó en un comunicado Libya Watch, una organización de defensa de los derechos humanos, con sede en Londres.
En la red social Facebook pululan los llamamientos a convertir este jueves en un “Día de la cólera” contra el régimen de Kadhafi.
Las manifestaciones se iniciaron la madrugada del martes en Benghazi (1.000 km al este de Trípoli), con enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que dejaron 38 heridos.
En Yemen, un paupérrimo país de la Península Arábiga, aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra la red islamista Al Qaida, doce personas resultaron heridas el jueves en Saná en los enfrentamientos registrados, por quinto día consecutivo, entre partidarios y adversarios del presidente Ali Abdalá Saleh, en el poder desde 1978.
Unos 2.000 opositores, en su mayoría estudiantes, fueron atacados al salir del campus universitario por miembros del Congreso Popular General (CPG, oficialista), armados con porras y piedras, indicó un corresponsal de la AFP.
Los enfrentamientos del miércoles entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes dejaron dos muertos y dos heridos en Adén (sur).
Estados Unidos instó a los países de la zona, con una mención especial a Libia, a dar una respuesta positiva a las demandas de sus pueblos.
“Los países de la región tienen el mismo tipo de retos en términos demográficos, las aspiraciones de su pueblo, la necesidad de reformas”, dijo el miércoles el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
“Animamos a estos países a tomar acciones específicas que respondan a las aspiraciones y las necesidades y las esperazas del pueblo. Libia ciertamente está en esta categoría”, añadió. AFP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario