La agitación en Libia -la primera protesta grande que sacude un país de la OPEP- tiene a la industria petrolera en ascuas y generó un aumento en los precios del combustible, junto con el temor de que sea necesario acudir a las reservas de emergencia, que no se tocan desde hace dos décadas.
Además de Libia, la industria sigue de cerca las protestas en Argelia, Bahréin e Irán, el segundo exportador de crudo más grande de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), detrás de Arabia Saudita.
“La inquietud del mercado va más allá de Libia”, expresó Víctor Shum, analista de Purvin & Gertz en Singapur. “Es poco probable que haya un impacto grande en el suministro de petróleo del Medio Oriente o del Norte de Africa, pero el creciente malestar ha generado ansiedad”.
Para la industria petrolífera, Libia es más importante que Egipto y que Túnez, países donde se produjeron los primeros brotes de malestar generalizado en el norte de Africa. El petróleo pasa por Egipto, donde Hosni Mubarak fue derrocado, pero Egipto no es un exportador. Y Túnez es un exportador menor.
Bahréin tampoco es un exportador importante. Sin embargo, su sistema se parece al de Arabia Saudita, donde se encuentran las reservas de crudo convencional más grandes del mundo.
Libia extrae 1,6 millones de barriles diario y exporta 1,1 millones, lo que la ubica 17ma en la lista de países productores del combustible. Tiene las reservas comprobadas más grandes de Africa.
Si sus exportaciones se ven afectadas, ello podría generar un aumento en los precios del petróleo a nivel mundial.
Pero lo que más preocupa al mercado es que la potencial inestabilidad se expanda a otras naciones de la OPEP, especialmente Arabia Saudita y Kuwait.
“El gran temor del mercado es Arabia Saudita”, afirmó el analista Edward Meir, de MF Global en Nueva York.
Hay quienes ya están contemplando la posibilidad de que sea necesario acudir a las reservas si la producción se ve afectada.
David Fyfe, director de la división de mercados e industria petrolera de la Agencia Internacional de Energía, dijo que los miembros de esa agencia –naciones industriales grandes como Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y Alemania– tienen una reserva de 1.600 millones de barriles, equivalente al consumo de Estados Unidos en seis meses.
El empleo de las reservas para estabilizar el mercado “es un último recurso, pero (esas reservas) existen y se han usado en el pasado cuando mermó el suministro”, indicó Fyfe.
El analista de J.P. Morgan Lawrence Eagles dijo en una carta a los inversionistas que la historia señala que la agitación política no necesariamente afecta el flujo de petróleo.
“Todos los países productores de petróleo necesitan los ingresos generados por esa producción”, destacó.
AFP
Además de Libia, la industria sigue de cerca las protestas en Argelia, Bahréin e Irán, el segundo exportador de crudo más grande de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), detrás de Arabia Saudita.
“La inquietud del mercado va más allá de Libia”, expresó Víctor Shum, analista de Purvin & Gertz en Singapur. “Es poco probable que haya un impacto grande en el suministro de petróleo del Medio Oriente o del Norte de Africa, pero el creciente malestar ha generado ansiedad”.
Para la industria petrolífera, Libia es más importante que Egipto y que Túnez, países donde se produjeron los primeros brotes de malestar generalizado en el norte de Africa. El petróleo pasa por Egipto, donde Hosni Mubarak fue derrocado, pero Egipto no es un exportador. Y Túnez es un exportador menor.
Bahréin tampoco es un exportador importante. Sin embargo, su sistema se parece al de Arabia Saudita, donde se encuentran las reservas de crudo convencional más grandes del mundo.
Libia extrae 1,6 millones de barriles diario y exporta 1,1 millones, lo que la ubica 17ma en la lista de países productores del combustible. Tiene las reservas comprobadas más grandes de Africa.
Si sus exportaciones se ven afectadas, ello podría generar un aumento en los precios del petróleo a nivel mundial.
Pero lo que más preocupa al mercado es que la potencial inestabilidad se expanda a otras naciones de la OPEP, especialmente Arabia Saudita y Kuwait.
“El gran temor del mercado es Arabia Saudita”, afirmó el analista Edward Meir, de MF Global en Nueva York.
Hay quienes ya están contemplando la posibilidad de que sea necesario acudir a las reservas si la producción se ve afectada.
David Fyfe, director de la división de mercados e industria petrolera de la Agencia Internacional de Energía, dijo que los miembros de esa agencia –naciones industriales grandes como Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña y Alemania– tienen una reserva de 1.600 millones de barriles, equivalente al consumo de Estados Unidos en seis meses.
El empleo de las reservas para estabilizar el mercado “es un último recurso, pero (esas reservas) existen y se han usado en el pasado cuando mermó el suministro”, indicó Fyfe.
El analista de J.P. Morgan Lawrence Eagles dijo en una carta a los inversionistas que la historia señala que la agitación política no necesariamente afecta el flujo de petróleo.
“Todos los países productores de petróleo necesitan los ingresos generados por esa producción”, destacó.
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