La alarma por la confusa situación en una central nuclear de Fukushima aumentó hoy tras elevarse la radiactividad por encima del nivel permitido, entre intensos esfuerzos para atajar el sobrecalentamiento de varios reactores.
Durante todo el día reinó sobre Japón el temor a una fusión del núcleo en alguno de los reactores de la central 1 de Fukushima (Daiichi), donde el sistema de refrigeración se bloqueó el viernes a causa del terremoto que hizo temblar el noreste del país.
La situación en esa planta, situada a unos 270 kilómetros de Tokio, es poco clara. El Gobierno nipón dijo que los esfuerzos se centran en rebajar la temperatura de dos de los seis reactores de agua en ebullición de la central, el 1 y 3, que están operativos desde 1971 y 1976, respectivamente.
El ministro portavoz, Yukio Edano, advirtió de la posibilidad de una explosión en el recipiente secundario de contención del reactor 3, similar a la ocurrida ayer en el 1, a causa de la acumulación de hidrógeno, aunque apuntó que no ocasionaría daños graves.
Los responsables de la central están inyectando agua de mar en ese reactor para tratar de bajar la temperatura y evitar un desastre, aunque Edano admitió problemas con una válvula y añadió que los expertos están "analizando los detalles".
Sobre la posibilidad del temido proceso de fusión de su núcleo -que implicaría la potencial liberación de una cantidad muy elevada de radiación-, Edano dijo que no hay "ningún dato" que confirme que se ha producido.
Habló, en cambio, de una posible "deformación" del núcleo, sin ofrecer detalles sobre sus consecuencia
La confusión en torno a la planta de Fukushima generó una gran inquietud, mientras en algunos medios se especulaba con la posibilidad de que una eventual fuga radiactiva nociva llegara hasta Tokio, algo que la mayoría de los expertos han coincidido en rechazar.
El nivel de radiactividad que desprendía la central de Fukushima llegó a superar hoy en un punto el límite permitido de 500 microsievert por hora hasta alcanzar los 1.557 microsievert, pero poco después se redujo de nuevo, hasta 184 microsievert.
Según el Gobierno, el máximo tocado hoy equivaldría a tres radiografías de estómago y los niveles actuales de radiactividad en Fukushima no son dañinos para la salud.
Según la agencia local Kyodo, pese a la evacuación de unos 180.000 residentes en un perímetro de 20 kilómetros en torno a la central, al menos 37 personas se han visto expuestas a la radiactividad y se teme que a ellas se sumen otras 160, sobre las que se están efectuando pruebas.
La central nuclear 1 de Fukushima, activa desde 1971 y la más antigua de las que se encuentran en esa provincia, cuenta con seis reactores de agua ligera en ebullición y obtuvo a principios de este año permiso para operar al menos hasta 2021.
El terremoto del viernes de 8.9 grados en la escala abierta de Richter, el mayor en la historia de Japón, dañó el suministro eléctrico de la central, mientras que el tsunami posterior detuvo los generadores diesel de emergencia, lo que afectó al sistema de refrigeración.
Lo mismo ocurrió en otra planta situada a diez kilómetros, la número 2 (Daini), en la que los responsables tratan a su vez de rebajar la temperatura de al menos un reactor.
En las provincias afectadas por el sismo un total de once plantas nucleares detuvieron su actividad tras el temblor, tal y como establece el protocolo japonés de emergencia.
Japón cuenta con cerca de 50 centrales de energía nuclear en su territorio, de las que la mayoría funcionan con reactores de agua en ebullición (BWR, siglas en ingles) o con reactores de agua a presión (PWR).
Tras los problemas en las de la zona afectada, el Gobierno ha anunciado que en los próximos días habrá cortes en el suministro de energía, y ha instado a ciudadanos y empresas a limitar el uso de electricidad. EFE
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