Las tasas griegas y portuguesas a largo plazo volvieron el viernes a alcanzar máximos históricos desde la implementación de la moneda única, en un contexto de inquietud por las deudas soberanas de los países más frágiles de la eurozona.
A media mañana, las tasas griegas a 10 años subieron a 13,176% contra 13,156% la víspera al cierre. Las tasas a dos años llegaron a 17,899% contra 17,829% el jueves.
Por su parte, las tasas portuguesas a 10 años se elevaban a 8,826% contra 8,767% la víspera.
"Cada vez hay más personas, muy escuchadas en los mercados, que aluden a una reestructuración de la deuda para varios países de la zona euro", comentó Patrick Jacq, especialista del mercado de obligaciones de BNP Paribas.
En una entrevista al diario Die Welt el jueves, el ministro alemán de Finanzas Wolfgang Schauble afirmó que "medidas suplementarias" podrían ser adoptadas para hallar una solución al endeudamiento de Grecia.
Sin embargo este viernes el Banco Central Europeo (BCE) reiteró que no veía razón alguna para una reestructuración de la deuda griega, por intermedio del miembro de su directorio Gertrude Tumpel-Gugerell.
"Ya nos hemos expresado (contra una reestructuración de la deuda griega) porque se ha acordado con Grecia un programa de consolidación presupuestaria, que este país está aplicando" dijo Tumpel-Gugerell al diario alemán Handelsblatt.
Por su lado, Portugal anunció el viernes haber devuelto un vencimiento de deuda de más de 4.200 millones de euros, tres días antes de la llegada a Lisboa de una misión de la "troika" (Comisión europea, BCE, FMI) encargada de negociar el rescate financiero del país.
Este vencimiento corresponde a obligaciones del Tesoro emitadas el 16 de noviembre de 2005.
Portugal, amenazado con no poder financiarse más en los mercados debido a los niveles récord de sus tasas de interés, se vio obligado la semana pasada a pedir ayuda a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional, tal como ya lo hicieran el año pasado Grecia e Irlanda
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