Cuando se abre su bolso, parte de la “nueva” Maria Sharapova emerge: “disfrutar”, “amor”, “supremo”, “elevarse”. La rusa, una ex número uno del tenis mundial que está volviendo al nivel que había perdido, hizo inscribir en el interior de su bolso todos esos términos motivadores y unos cuantos más. Cuando lo abre, sabe por qué está volviendo a intentar luchar en lo más alto.
“Cuando regresas de una lesión no se trata sólo de estar bien físicamente, sino de sentirte capaz de competir nuevamente con las más grandes”, explicó hoy Sharapova en Madrid, donde estrenó modelo de raqueta para derrotar a la holandesa Arantxa Rus por 2-6, 6-3 y 6-2.
A sus 24 años la rubia rusa es toda una veterana. Ganó Wimbledon en 2004 con 17 años, y un año después lograba ya ser la número uno del mundo. También fue campeona del US Open en 2006 y de Australia en 2008.
Sharapova estaba destinada a pelear en lo más alto por muchos años, todo un filón comercial para sus patrocinadores y la propia WTA, que se derriten por encontrar jugadoras con carisma, con algo “diferente” que ofrecer.
La rusa lo es, pero también es humana. Así, entre 2008 y 2010 sufrió enfermedades y lesiones, hasta llegar a enero de este año como la número 18 del mundo, una posición que no le hace justicia a su tenis. Hoy, tras dejar a Michael Joyce, su entrenador de siempre, y un comienzo de año que incluyó las semifinales de Indian Wells y la final de Miami, ya es novena del ranking.
“Es un proceso, estoy ‘top ten’, estoy orgullosa de lo que hice, pero de ninguna manera llegué a la meta que me propuse”, aseguró la rusa, que no siente que tenga que “salvar” al inestable tenis femenino, en el que las número uno se suceden sin dejar huella.
“No pienso en eso, no es algo que esté en mi mente, fui número uno, gané Grand Slams con los cuadros más duros. Al final se trata de ganar partidos, todos tienen el objetivo de ser número uno. No puedes decir que sea inestable, porque es un logro muy importante, pero es cierto que puedes llegar al uno de maneras muy diferentes”.
Llegue o no nuevamente al uno, Sharapova tiene una meta muy clara: la tragedia de Chernobyl no debe ser olvidada. No en vano la tenista nació un año después del accidente y cerca de la zona en el que éste se produjo.
“Empecé a trabajar hace cuatro o cinco años con las Naciones Unidas en esto. Es increíble trabajar con tanta gente diferente y ver sus reacciones. Creo que el 25 aniversario, la repercusión mundial que tuvo, hizo que la gente notara la magnitud de lo que sucedió. Quiero seguir trabajando en esto aún después de que me retire”.
Pero falta aún para ese momento. Mientras tanto, a dos días del cuarto superclásico Barcelona-Real Madrid, Sharapova se asombra del “monopolio” que ejerce el fútbol en España, un deporte en el que, destaca, hay que esperar “25 o 30 minutos para que un equipo anote”.
“Cuando estoy aquí no tengo otra alternativa que ver fútbol. Los deportes en Estados Unidos son diferentes, se anota con más frecuencia. Pero aprecio su talento, lo que hacen los jugadores con los pies es increíble, muy lejos de mi alcance”.DPA
No hay comentarios:
Publicar un comentario