Los gobiernos de Alemania y Austria anunciaron que, desde hoy, abren sus puertas a los trabajadores de los países de Europa del este que ingresaron a la Unión Europea en 2004.
Debido a los temores de un flujo masivo de trabajadores, ambas naciones habían negociado un acuerdo que les permitía postergar por siete años la apertura de sus mercados laborales a la mano de obra procedente de los nuevos estados miembros.
Expertos aseguran que se prevé que la mayoría de las personas que pudiesen considerar opciones laborales en dichos países, se irán a Alemania, país que necesita de trabajadores para seguir impulsando su vibrante economía.
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