La actual esposa de Jaime Bayly, Silvia Núñez del Arco es otra persona desde que nació su hija Zoe. Eso es lo que confiesa en su blog “Siento que algo me olvido”: “Ya no juergueo. Ya no voy a fiestas. Ya no tomo vino. Ya no fumo marihuana (adelante moralistas, línchenme). Ya no tomo cerveza. Cosmopolitans. Mojitos. Margaritas. Margaritas Presidente, Vicepresidente, Candidato a la Presidencia, etc, etc, etc.”
La joven señala además que también ha modificado drásticamente su régimen alimenticio: “Ya no como carne. No soy vegetariana, pero ahora prefiero mil veces el pescado. Todos los días como pescado al vapor con ensalada. De vez en cuando una pasta. No sé por qué, desde que quedé embarazada he alejado la carne de mi dieta diaria. Pescado con ensalada sería de momento mi plato preferido. Antes vivía contando las calorías que comía, pendiente de asuntos de nutrición; que el jugo de naranja esté recién exprimido (porque si no se le van las vitaminas), que los ocho vasos de agua diarios, que nada de fruta después de las seis. Trataba de hacer más ejercicio si comía de más, leía artículos en Internet sobre nutrición”.
Y hay más cambios en su vida según refiere: “Ya no salgo a correr. Ahora camino. Antes, en mis épocas de loca extraviada, salía a correr todas las noches por el malecón de Miraflores. Empezaba a la altura del Parque del Amor (que curiosamente estaba al lado del puente Villena, usado por muchas personas como trampolín al más allá, cosa que siempre me llamó la atención, porque da la impresión de que una cosa llevara a la otra, que hubiese ahí una relación causa – efecto entre el amor y el suicidio), y me iba, por la vereda más cercana al mar, hasta un poco más allá del club de Tenis, a ese parque caleta, donde hay un tobogán en forma de dragón en el medio. Me sentaba en un muro y miraba el mar y las estrellas con total impaciencia”.
Silvia Núñez del Arco sigue en una larguísima confesión (“Ya no me hago fotos”. “Ya no me saco conejos de la espalda”. “Ya no tengo este apuro que tenía antes por publicar seguido”. “Ya no le tengo miedo a las lagartijas”. “Ya no duermo sola”. “Ya no me siento tan perdida”.) para concluir que “Podría decirse que ahora soy más feliz. Lo cual no significa necesariamente que sea una buena persona. Pero me alegra considerablemente el hecho de haber tenido una hija tan linda como Zoe. Siento que es una de las mejores cosas que he hecho en toda mi vida”.
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