La muerte de un adolescente palestino en Jerusalén Este por los presuntos disparos de un colono judío, ha disparado la tensión en la región en la víspera del Día de la Nakba, la principal jornada de conmemoración en Oriente Medio.
Horas antes de que en Ramala, sede del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), se concentren mañana miles de personas para el principal de los actos de conmemoración, Jerusalén ha vuelto a ser hoy escenario de violentos enfrentamientos, los últimos durante el funeral del joven Milad Said Ayyash, de 16 años.
Al menos dos palestinos resultaron heridos a las afueras de las murallas de Jerusalén cuando la policía dispersaba con gases lacrimógenos y balas recauchutadas a un grupo de jóvenes que después del funeral lanzaron piedras contra vehículos israelíes.
También se registraron disturbios en los alrededores de una pequeña colonia judía conocida en Jerusalén Este como Bet Moscowitz, y cerca del lugar donde ayer, viernes, Ayyash fue herido de bala por disparos que testigos atribuyen a uno de los vigilantes de la de Bet Yonatán, un edificio de judíos ultranacionalistas en el corazón del barrio de Siloé.
Ayyash, que residía en el barrio de Ras el Amud, ingresó con heridas en el abdomen pero falleció en el quirófano, informaron esta mañana fuentes del hospital Al Mukasad.
"Su estado era crítico. Le hicimos veinte transfusiones de sangre, pero ni con ello conseguimos salvarle la vida", comunicó el centro médico.
Activistas de izquierdas relataron a la edición en internet del diario Haaretz que el vigilante abrió fuego con su pistola después de que alguien lanzará contra el edificio de los colonos un cóctel incendiario Molotov.
"La bala extraída es de una pistola. Este tipo de balas es raramente usada por la Policía israelí en el control de manifestaciones. La bala indica por tanto la posibilidad que el joven fue disparado por uno de los guardas de seguridad de los colonos", señala el activista Jonathan Pollak en un comunicado.
La Policía israelí confirmó que en el lugar se produjeron disparos pero indicó que no pudo hacerle la autopsia al cadáver porque la familia quiso enterrarlo inmediatamente y que "el caso ha quedado bajo investigación".
En el funeral, que recordó las imágenes de la primera y segunda Intifadas (1987-1993 y 2000-2004, respectivamente), participaron un millar de personas con banderas palestinas y que avanzaron detrás del difunto coreando "Alá es grande" y "Con viento y sangre redimiremos a nuestro mártir".
"Todos los vecinos de Siloé se encuentran en el funeral, la gente está indignada, hoy y mañana serán días difíciles con violencia y sangre", decía Samir a un medio local durante la procesión fúnebre, que partió desde Ras el Amud con destino a un cementerio musulmán a los pies de las murallas de Jerusalén.
Las fuerzas israelíes de seguridad están desde el jueves en estado de máxima de alerta con motivo del Día de la Nakba, en la que los palestinos de toda la región conmemoran el exilio y la desposesión que supuso para ellos la creación del Estado de Israel.
La fecha de la conmemoración es el 15 de mayo, un día después de la declaración de la independencia de Israel en 1948, fecha que los palestinos ven como el comienzo del exilio para cientos de miles de refugiados que actualmente, con toda su descendencia, superan los 4 millones.
Después del funeral, la policía arrestó a cuatro palestinos en el Monte de los Olivos por lanzar piedras a una patrulla, y esta tarde unos 200 marchaban desde la Puerta de Damasco hasta el Museo Rockefeller bajo la atenta vigilancia de cientos de agentes.
Por el momento, ningún mandatario, ni israelí ni palestino, se ha pronunciado sobre los hechos. EFE
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