Miles de escuelas en el Reino Unido permanecerán cerradas este jueves, así como algunas oficinas públicas, debido a una huelga de maestros y funcionarios convocada por los principales sindicatos para protestar por planes de austeridad del gobierno del primer ministro conservador David Cameron.
De este modo, el país se suma a la ola de protestas en Europa, que tienen su epicentro es en Grecia.
Los primeros en empezar el paro fueron algunos funcionarios de inmigración, quienes ya desde final de la tarde del miércoles empezaron su manifestación, que implicará filas más largas de lo habitual y lentos procesos para los viajeros que llegan o sale del país.
Aunque la Agencia de Fronteras del Reino Unido asegura haber adoptado planes de contingencia y que la seguridad del país no se verá afectada, aconsejó a quienes puedan hacerlo que viajen otro día.
Los gremios afirman que la huelga es sólo el comienzo de una campaña de acciones sindicales a una escala que no habrían visto los británicos en tres décadas.
Recuerdos de Thatcher
- La década de los años 80 fueron el momento culminante de las movilizaciones sindicales en tiempos de la también conservadora primera ministra Margaret Thatcher.
- En aquel momento, los gremios le declararon una guerra al gobierno y, tras perderla, comenzó el declive de su influencia.
- De los 17 millones de miembros que tenían los sindicatos en ese entonces, en la actualidad se calcula que menos de siete millones pertenecen a alguna organización laboral.
- A diferencia de los años de Thatcher, los sindicatos y el gobierno siguen dialogando.
- El próximo lunes se llevará a cabo una reunión y hay más planificadas para el mes próximo.
Sacrificio "justo"
El gobierno de Cameron ha diseñado un plan para reducir el déficit de las cuentas públicas que implica un recorte del gasto público de US$130.000 millones.
El plan contempla la reducción de puestos de trabajo y de beneficios laborales en la administración pública, un incremento de la edad de jubilación de 65 a 66 años y un aumento de las contribuciones a los programas de pensiones, a la vez que una reducción de los beneficios que se obtienen tras el retiro.
El gobierno reconoce que las medidas son drásticas, pero asegura que son justas.
"No creo que haya alguna razón para una movilización, sobre todo porque las conversaciones (entre sindicatos y gobierno) continúan", dijo el miércoles al Parlamento el primer ministro Cameron.
Desde la década de los años 80 los maestros no habían declarado una huelga, tradicionalmente moderados en comparación con otros gremios, como el del metro de Londres, que ha protagonizado frecuentes interrupciones del servicio.
Pero en esta oportunidad el opositor Partido Laborista, de centro-izquierda, no apoya las iniciativas sindicales, al punto que el líder de la agrupación, Ed Miliband, aseguró que las protestas son "un error" y un "signo del fracaso de ambos lados".
Impacto económico
Aunque los promotores de la huelga esperan contar con la participación de hasta 600.000 personas, el gobierno ha estimado que sólo un quinto del medio millón de empleados públicos se sumará a la acción.
Además, basándose en la información recibida de tres cuartos de los centros educativos del país, la Secretaría de Educación estima que un tercio de las escuelas estarán cerradas, mientras que otro tercio se verá parcialmente afectadas y el tercio restante funcionará normalmente.
La Cámara Británica de Comercio advierte que muchos padres perderán el día de paga si se ven forzados a quedarse en casa cuidando a sus hijos, lo que tendrá un impacto en la productividad.
Para contrarrestar esa posibilidad, la oficina del primer ministro informó que evalúa permitir a los funcionarios a llevar a sus hijos a la oficina.
BBC