La gran mayoría de los aficionados al atletismo se quedaron chafados cuando Tyson Gay renunció a los trials de Estados Unidos, y por tanto a los Mundiales de Daegu, por unas molestias de cadera. Adiós al prometido duelo Gay-Bolt. Adiós a la promesa de ver al hombre más rápido del año ante el mejor velocista de todos los tiempos. Una semana después los aficionados pueden soñar con un nuevo duelo. Asafa Powell, el veterano, el hombre que pasó a un segundo plano en su Jamaica natal cuando apareció como un rayo Usain Bolt, está de vuelta. Si hace una semana se proclamó campeón de Jamaica, hoy se ha convertido en el hombre más rápido del año, al correr, para ganar, en 9,78s los 100m de la prueba de Lausana de la Liga del Diamante.
Cuando Powell ha cruzado la meta como una exalación, seguido por su compatriota Michael Frater (9,88s, mejor marca personal) y el francés Christophe Lemaitre, el único blanco en esta guerra, (9,95s, otra vez por debajo de los 10s e igualando su mejor marca personal conseguida hace tan solo una semana), el público se giró al marcador. El viento llevaba toda la tarde azotando la pista suiza y muchos temían que la marca no se hiciera oficial. Pero no. El viento ayudó a los velocistas, pero soplaba a un metro por segundo, una ventaja válida. Por eso la explosión de júbilo del jamaicano, que tiene 28 años y fue plusmarquista mundial de la distancia entre 2007 y 2008.
Esos 9,78s mejoran en una centésima la conseguida por Gay en la modesta pista de Clermont (Florida) donde se entrena a principios de este mes.
Bolt no estaba en Lausana, pero estará en Daegu, en los Mundiales. Él es el hombre a batir, el corredor que tras dos años imbatido, y contando sus carreras por victorias y plusmarcas, ha vuelto tras una larga lesión de espalda y parece lejos de su mejor forma. Ha corrido este año en 9,91s. Pero Bolt es Bolt. Es uno de esos campeones que sacan lo mejor de sí en los grandes momentos.
Su reinado parece haber estimulado a sus perseguidores. Este año hasta 18 velocistas han bajado de los 10s en los 100m, una situación que nunca se había producido.
EL PAIS/ EFE