El Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, se propone definir en su plenaria del miércoles la permanencia o no en el país del ex activista italiano Cesare Battisti, condenado por cuatro asesinatos en Italia, que exige su extradición.
El llamado 'Caso Battisti' se arrastra en los tribunales brasileños desde que el italiano fue arrestado en Rio de Janeiro en marzo de 2007. Battisti ha pasado encarcelado los últimos cuatro años, la mayor parte de ellos en la prisión de seguridad máxima de Papuda, en la periferia de Brasilia.
El miércoles, los jueces deberán decidir sobre un pedido presentado por el Estado italiano para que se evalúe si la decisión adoptada por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2010, de permitir la permanencia de Battisti en Brasil, está de acuerdo con el tratado bilateral de extradición.
Los jueces también deberán decidir sobre un pedido de excarcelación inmediata de Battisti presentado por sus abogados de defensa.
El confuso caso, que generó fuertes tensiones diplomáticas entre Brasil e Italia, estalló en enero de 2009 cuando el entonces ministro de Justicia, Tarso Genro, concedió a Battisti el status de refugiado, a pesar que la Comisión Nacional sobre Refugiados se había manifestado en contra de ese beneficio.
Italia llevó al caso a la máxima corte de Brasil para exigir la extradición de Battisti y permitir que cumpla pena de prisión perpetua en Italia por su supuesta participación en cuatro asesinatos cuando era integrante de un grupo de ultraizquierda.
En septiembre de 2009, el STF anuló el beneficio del refugio a Battisti y se manifestó a favor de su extradición a Italia, pero después de una extensa y muy acalorada discusión decidió por mayoría que la última palabra en el caso correspondía al presidente Lula.
Lula consultó a la asesoría jurídica del Estado (Abogacía General de la Unión, AGU) y en su último día de gobierno, el 31 de diciembre, hizo publicar en el Diario Oficial un decreto por el que permitía la permanencia de Battisti en Brasil.
Cuando parecía que el largo caso había llegado a su fin, abogados que representan al Estado italiano interpusieron un nuevo pedido ante el STF para que evalúe si la posición de la AGU y la decisión de Lula están en contradicción con el tratado bilateral de extradición.
El 16 de mayo, el juez Gilmar Mendes, responsable por el caso en el STF, negó un pedido de excarcelación a Battisti presentado por los abogados de la defensa, quienes alegaron que tras la decisión adoptada por Lula de rechazar la extradición no se justificaba mantenerlo preso.
Inclusive, el Fiscal General de la República emitió a principios de mayo un documento donde apoyaba en todos sus términos la decisión de Lula.
Para Mendes, sin embargo, la posición del Fiscal era apenas una opinión y no constituía un "hecho nuevo" que justifique una revisión de lo decidido anteriormente, esto es, la permanencia de Battisti en la cárcel.
Desde su arresto en Rio de Janeiro en 2007, Battisti niega de forma terminante su participación en los cuatro asesinatos que se le imputan.
Battisti había llegado a Brasil en 2004 después de huir de su país y pasar varios años exiliado en Francia y México, período en el que se convirtió en escritor de novelas policiales.
El 'Caso Battisti' motivó en 2009 el llamado a Roma del embajador italiano en Brasil para consultas, un gesto diplomático reservado para momentos de enorme tensión. El Parlamento italiano incluso recurrió a la Corte Europea y amenazó con aprobar sanciones a Brasil en caso de que Battisti no sea extraditado.
AFP