La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se comprometió hoy a apoyar en sus reivindicaciones ante el Gobierno francés a las familias de las víctimas del accidente del avión de Air France que cayó al mar en mayo de 2009 cuando viajaba entre Río de Janeiro y París y que dejó 228 muertos, informó la Presidencia.
La gobernante brasileña se reunió hoy en el palacio presidencial de Planalto con un grupo de representantes de los familiares, que cuestionan las investigaciones adelantadas por las autoridades francesas porque hasta ahora apenas han responsabilizado a los pilotos por la tragedia.
Los representantes de la Asociación de los Familiares de las Víctimas del Vuelo 447 le entregaron a la jefe de Estado de Brasil un documento elaborado por la Asociación Francesa de Pilotos según el cual problemas mecánicos en los modelos de la compañía francesa Airbus pueden haber sido los causantes del accidente.
Rousseff "se mostró solidaria con los parientes de las víctimas y dijo que el Estado brasileño les dará todo el apoyo en la relación con el Gobierno francés", informó la Presidencia en su página en Twitter.
Según los familiares de las víctimas, la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), organismo del Gobierno francés responsable por la investigación, hasta ahora ha apuntado una serie de errores de la tripulación como principal causa del accidente y ha ignorado los informes sobre problemas en los modelos Airbus.
"El problema fue mecánico y no humano. Queremos la verdad. Francia es dueña de Air France y de Airbus y apenas está interesada en preservar los empleos de los franceses", aseguró el presidente de la Asociación, Nelson Faría Marinho, en declaraciones a periodistas tras su encuentro con Rousseff.
La Asociación asegura que, además de descartar la posible responsabilidad de Airbus o de Air Frances, el Gobierno francés también le ha negado a los familiares de víctimas brasileños acceso a las investigaciones.
Según la Presidencia, Rousseff determinó que la propia Abogacía General de la Unión (Gobierno federal brasileño) auxilie a los familiares en el seguimiento de los aspectos legales para que puedan tener acceso a las investigaciones.
La tragedia ocurrió el 31 de mayo de 2009 cuando un Airbus A330-200 de Air France, que había despegado de Río con rumbo a París, cayó al océano Atlántico, a 1.296 kilómetros de la ciudad brasileña de Recife, punto más cercano en el continente suramericano.
En el siniestro perecieron todos los 216 pasajeros, de 32 nacionalidades distintas, en su mayoría franceses y brasileños, así como los 12 miembros de la tripulación.
Los oficiales del Centro de Investigaciones y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) de Brasil que participaron en la reunión en la Presidencia dijeron que la previsión es que el BEA divulgue en el primer trimestre de 2012 el informe final de su investigación.
Los oficiales dijeron que expertos del Cenipa participan en la investigación y que tendrán un plazo de 60 días para manifestarse sobre ese informe. Las eventuales observaciones de los expertos brasileños tendrán que constar en el informe, según el Cenipa
La gobernante brasileña se reunió hoy en el palacio presidencial de Planalto con un grupo de representantes de los familiares, que cuestionan las investigaciones adelantadas por las autoridades francesas porque hasta ahora apenas han responsabilizado a los pilotos por la tragedia.
Los representantes de la Asociación de los Familiares de las Víctimas del Vuelo 447 le entregaron a la jefe de Estado de Brasil un documento elaborado por la Asociación Francesa de Pilotos según el cual problemas mecánicos en los modelos de la compañía francesa Airbus pueden haber sido los causantes del accidente.
Rousseff "se mostró solidaria con los parientes de las víctimas y dijo que el Estado brasileño les dará todo el apoyo en la relación con el Gobierno francés", informó la Presidencia en su página en Twitter.
Según los familiares de las víctimas, la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA), organismo del Gobierno francés responsable por la investigación, hasta ahora ha apuntado una serie de errores de la tripulación como principal causa del accidente y ha ignorado los informes sobre problemas en los modelos Airbus.
"El problema fue mecánico y no humano. Queremos la verdad. Francia es dueña de Air France y de Airbus y apenas está interesada en preservar los empleos de los franceses", aseguró el presidente de la Asociación, Nelson Faría Marinho, en declaraciones a periodistas tras su encuentro con Rousseff.
La Asociación asegura que, además de descartar la posible responsabilidad de Airbus o de Air Frances, el Gobierno francés también le ha negado a los familiares de víctimas brasileños acceso a las investigaciones.
Según la Presidencia, Rousseff determinó que la propia Abogacía General de la Unión (Gobierno federal brasileño) auxilie a los familiares en el seguimiento de los aspectos legales para que puedan tener acceso a las investigaciones.
La tragedia ocurrió el 31 de mayo de 2009 cuando un Airbus A330-200 de Air France, que había despegado de Río con rumbo a París, cayó al océano Atlántico, a 1.296 kilómetros de la ciudad brasileña de Recife, punto más cercano en el continente suramericano.
En el siniestro perecieron todos los 216 pasajeros, de 32 nacionalidades distintas, en su mayoría franceses y brasileños, así como los 12 miembros de la tripulación.
Los oficiales del Centro de Investigaciones y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa) de Brasil que participaron en la reunión en la Presidencia dijeron que la previsión es que el BEA divulgue en el primer trimestre de 2012 el informe final de su investigación.
Los oficiales dijeron que expertos del Cenipa participan en la investigación y que tendrán un plazo de 60 días para manifestarse sobre ese informe. Las eventuales observaciones de los expertos brasileños tendrán que constar en el informe, según el Cenipa