Llevar un estilo de vida más saludable, mejorando la alimentación, sin fumar ni tomar alcohol, podría prevenir hasta 2,8 millones de casos de cáncer cada año en el mundo según señala el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer (WCRF).
La cantidad total del número de cánceres ha aumentado un 20% en menos de una década hasta el punto de que cada año se detectan cerca de 12 millones de nuevos casos por año que junto con otras enfermedades crónicas como las cardiopatías, la enfermedad pulmonar y la diabetes conforman los mayores desafíos sanitarios, indicó el fondo.
No transmisibles
En un informe publicado sobre enfermedades no transmisibles (ENT), la WRCF ha manifestado que los líderes políticos tienen la oportunidad única de combatir una ola de cáncer y otras dolencias relacionadas con el estilo de vida. Este conjunto de enfermedades causan anualmente mas de 36 millones de muertes según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y aumentará hasta los 52 millones en 2030.
Como apuntan expertos en salud global muchas muertes por ENT, incluidos cerca de un tercio de todos los cáncer comunes, podrían prevenirse reduciendo el consumo excesivo de alcohol, mejorando la dieta, desaconsejando el tabaquismo y promoviendo la actividad física. Para lograr estos objetivos es necesario la puesta en marcha de medidas gubernamentales, como impuestos o limites en la publicidad para paliar estos malos hábitos.
Grandes retos
Estas medidas pueden supone un conflicto con las industrias del alcohol, el tabaco y los alimentos. Como apunta el asesor médico y científico de WRCF, Martin Wiseman, «con millones de vidas en riesgo en todo el mundo, los desafíos son increíblemente grandes. Las personas aún no toman conciencia de que factores como el alcohol y la obesidad afectan el riesgo de cáncer, mientras que, al mismo tiempo, desde la publicidad televisiva sobre los alimentos, nuestra sociedad funciona de una manera que desalienta a las personas a adoptar hábitos saludables», añadió.
La reunión de la ONU, prevista para el 19 y 20 de septiembre en Nueva York (EE.UU.), tiene el objetivo de prevenir esta amenaza de salud mundial. Aun así, existen temores de que los principales actores (EE.UU., Europa y Japón) se muestren reticentes a comprometerse a fijar objetivos, impuestos y leyes para reducir la carga de estas enfermedades.