El juez Michael Pastor de la Corte Superior del condado de Los Ángeles amenazó con multar hoy con 1.000 dólares al anestesista Paul White, testigo clave de la defensa, por reiterados desacatos al tribunal en el juicio contra el doctor Conrad Murray por la muerte de Michael Jackson.
White desobedeció los mandatos de Pastor en dos ocasiones durante la sesión del lunes, al introducir en su testimonio extractos de unas conversaciones que tuvo con el acusado tras el fallecimiento del artista y que habían sido previamente consideradas inadmisibles como prueba por el magistrado.
El testigo dio a conocer al jurado que Murray, acusado de homicidio involuntario, le contó que Jackson tenía su suministro propio de propofol, sedante que le causó la muerte, y que dejó en la mesa de noche del cantante una aguja que contenía ese fármaco lista para usar.
"Eso constituye una violación directa de mi orden y francamente es un desacato", aseguró Pastor, que consideró penalizar económicamente al testigo y lo convocó a una vista oral el 16 de noviembre para tratar ese desplante al tribunal, así como otra causa abierta días antes cuando White descalificó presuntamente al médico experto de la acusación.
El anestesista realizó esos comentarios mientras respondía a las preguntas de la Fiscalía, que intenta demostrar que más allá de que Murray inyectara o no directamente la sobredosis de propofol a Jackson el doctor sería responsable de su muerte por incumplimiento grave de los estándares californianos de atención médica.
White reconoció que la atención dispensada por Murray a Jackson se desvió de la correcta práctica de la medicina, si bien se negó a calificarla de "flagrante negligencia", un calificativo que penalmente equivaldría a un homicidio, según la Fiscalía.
El anestesista, que paga la defensa, se mostró proclive a pensar que fue el propio Jackson quien se inyectó la dosis definitiva de propofol aprovechando un descuido de Murray, que el día de su fallecimiento abandonó durante unos minutos la habitación del cantante para atender unas llamadas telefónicas.
White añadió que no cree que Jackson se suicidara, sino que simplemente desconocía los riesgos de la medicación que usaba.
Michael Jackson murió el 25 de junio de 2009 víctima de una intoxicación aguda de propofol, sedante de uso hospitalario que Murray admitió haberle administrado esa jornada a petición de su paciente quien tenía problemas de insomnio.
El médico declaró a las autoridades durante los interrogatorios que le inyectó una cantidad de propofol insuficiente para terminar con su vida, si bien la Fiscalía considera que la dosis fue mucho mayor y que Murray no tenía el equipamiento necesario en casa de Jackson para evitar la desgracia.
White volverá a subir al estrado el martes, jornada en la que podrían terminar los testimonios de este juicio, salvo que Murray decida en último momento subir a declarar, algo que iría en contra de lo que le han recomendado sus abogados.
Está previsto que el caso quede visto para sentencia en los próximos días.
EFE